EL sábado 18 de febrero 2017 a las 3:45 pm me dio hambre-hambre. Me asomé
a la nevera y NADA había. No tenía ni el
castizo queso blanco duro. No había ni cilantro, ni tampoco un tomate, ni
cebollín. NO había sencillamente NADA. No había galletas saladas, ni tampoco
pan, carbohidratos que escasean FEO por donde vivo. Ante tal panorama de
guerra, me dije tengo que salir rumbo a los barrios San Andrés y al Barrio
Cajigal de la Parroquia El Valle (Caracas), en donde siempre algo consigo.
Al salir me encuentro en la entrada de mi edificio a una vecina
cercana en edad a mi mamá que en paz descanse
y también a la señora María. A ambas también,las arrasó la crisis. Perdieron peso de
dramáticamente. La señora María perdió la dentadura: A élla
afortunadamente su segundo hijo (treintañero hoy) en el 2009-2010, siendo nada
más bachiller, se le fue despavorido de la crisis del país para Canadá y las
cosas de inmigración por esos lares, no estaban tan estrictos como hoy. Pudo
accesar a los dólares viajeros preferenciales que existían en ese entonces y se
FUE. Hizo de todo por allá, trabajó duro y estudió y el gobierno canadiense le dió el ok legal de residencia, y luego afortunadamente se enamoró de Emely, una bella canadiense y se casaron, y hoy tienen dos hijos hermosos..
Elizabeth Molina y su hija linda Alexandra de
ojos verdes (cercana en edad a mi hija) que vivieron mucho tiempo en mi
edificio y luego se mudaron por un tiempo a Valencia, Estado Carabobo buscando
abrirse económicamente, objetivo que por un tiempito lograron, pero el cáncer
del Gobierno la volvió alcanzar y quebraron en el pequeño restaurant que
pusieron.
Me acabo de enterar que hace 2 años ambas (Elizabeth y Alexandra) se fueron
para Uruguay y que están muy felices en esta hermoso país: Se sienten seguras
al salir y no ser asesinadas impunemente, e igualmente pueden ir felizmente a
un supermercado o comprar cualquier medicina que necesiten. Tener acceso ambas
a los productos de higiene personal, cosméticos y estar bonitas como siempre.
En mi salida urgente rumbo al Barrio San
Andrés o al Barrio Cajigal para buscar como fuese un pedazo de queso blanco
duro o parecido, algo de tomates con cilantro y cebollín y ver si tenia la
suerte de conseguir pan o galletas saladas, pero estos dos rubros no los
conseguí, al igual que la mayoría de las veces. Me encuentro con César, el
Arquitecto, jubilado de IPOSTEL (Instituto Postal y Telegráfico de Vzla) y ufff
también estaba sumamente delgado y demacrado. También me encuentro con otro
amigo de mi Edificio que es Contador Püblico, jubilado como yo de la quebrada
Alcaldia Metropolitana de Caracas (con la suma ridícula hasta hoy de 27 mil
bolívares que es la mitad del salario mínimo), quien también ha perdido mucho peso y sus zapatos están súper feos,
al igual que su ropa.
Mi amigo y vecino hace pocos meses, hizo un gigante
esfuerzo económico, porque su profesión de Contador Público le permite a veces
tener unos ingresos extras para algunas asesorías y su firma legal para avalar
ingresos a una persona o empresa (privada o pública), para que su hijo mayor se
fuese de Venezuela para Panamá o Colombia, pero como no conversó conmigo esto
antes de esa decisión: Todo lo salió réquete mal.
En Panamá, los venezolanos
HOY que deseen irse para este país, les vá malísimo y son muy maltratados. Y en
la hermana Colombia, a menos que se vaya con bastante dinero en la cartera o
con importantes contactos claves allá, los venezolanos tampoco no tienen nada
que buscar. Todo el gigante esfuerzo económico que hizo mi amigo el Contador
Publico para sacar a su hijo mayor de Venezuela, lo perdió todo. A su hijo le
dieron “dos patadas” y desprecios tanto en
Panamá como en Colombia y tuvo que regresarse frustrado a Venezuela luego de un mes de haberse ido.
Sigo caminando y caminando, me encuentro
con Gladys Gil (la mamá de Dany) que también vive en mi edificio que traía en
sus manos 2 mazorcas o jojotos, los cuáles había buscado entre varios buhoneros
en la Avenida Intercomunal de El Valle y todos querían estafarla con los
precios. Élla solo quería dos mazorcas por 500 Bs y se lo estaban vendiendo por
el doble del precio, hasta que consiguió en el Barrio San Andrés con alguien,
dos pequeñas mazorcas por 300 Bs. A Gladys, la crisis la avasalló y la
envejeció mal: Perdió la mayoría de sus dientes, su piel está marchita como un
papel secante arrugado. Su cabello largo y amarillento también arruinado.
También perdió peso dramáticamente. Su ropa totalmente remendada y feíta.
Hablo con mi amigo E, de un kiosko que
hace varios años tenía uno de los mejores y más suritidos del sector, incluyendo
alquiler de películas con los últimos títulos del Cine. Hoy lo que le queda es
un kiosko arruinado, con muy poco que vender (no tiene mercancía que ofrecer).
Creo, que para sobrevivir está vendiendo
algunas cositas “no legales” bajo cuerda que nunca antes vendió: No lo juzgo en lo
absoluto y me hago la vista gorda. Siento mucha pena por él, porque siempre fue
un tipo emprendedor y decente, creativo para vender muchas cosas, aunque él nunca vendió
barato, pero yo igualmente le compraba porque sus chucherías eran muy sabrosas
y me sacaba de apuros a las 10 de la noche (en el pasado) de poder ir a su
kiosko y comprar maltas de botellitas, Gatorade, galletas Óreo de chocolates,
papitas Rufles, Brownie, dulcitos criollos como los besitos de coco o los
dulcitos andinos tradicionales.
Sigo por estas calles arruinadas por la
Revolución desde hace 18 años y que con Maduro el país tocó el fondo de la
pobreza más paupérrima, nunca vista en toda mi vida, buscando las escaleras del
Barrio Cajigal para ver dónde podía comprar algo de queso blanco del que
hubiese, en este sábado 18 de febrero Ya tampoco se conseguía ¡ni este castizo
queso!. (Lo consegui a duras penas en el mencionado barrio).
Me quedé con los ojos sin vista y
sorprendida de la pobreza tan pavorosa en la que nos encontramos en este país,
por lo menos en los sectores populares se siente mucho peor. Están vendiendo,
el aceite en bolsitas chiquiticas de plástico en 500 0 600 Bs. Bolsitas chiquiticas con 3 cucharadas de café
o de azúcar por 500 Bs también. Estas ventas de HAMBRE en bolsitas pequeñitas de
plástico en estas zonas que transito, no las he visto todavía en el Este de
Caracas:
Como el café, el azúcar o el aceite está tan carísimo para la gente de
a pié como yo, y vuelvo aclarar que las Bolsas del CLAP solo alcanzan para
subsistir 10-12 dias y las vende el Gobierno cada 40 días, las botellas de
aceite de un litro, el carísimo café o azúcar carísima que escasea
dramáticamente como todo en Venezuela, y cuando se consigue es sumamente caro
para los que ganamos en bolívares que nada valen. Entonces al pueblo-pueblo se
le ocurrió vender estos productos que NO HAY en bolsitas chiquiticas de
plástico.
Cuando yo leo algunos comentarios en las redes sociales, que
este gobierno sigue gobernando porque en los sectores populares de la capital o
del país, en donde hasta el día que Chávez vivió, lo siguieron como corderos al
matadero y hoy siguen “aplaudiendo como focas” al Gobierno de Maduro, les digo
que NO ES CIERTO.
Es
cierto, con algunas excepciones de mi entorno que muchos no van a las marchas
que convoca la dirigencia de la oposición, aún cuando HOY detesten al Gobierno
de Maduro y en el “pasado” siguieron
ciegamente a Hugo Chávez. La gente está muy cansada, muy delgada, mal
alimentada y con muchos problemas de salud, además de cargar con mucho dolor en
sus espaldas la muerte de un hijo, de un hermano, de un esposo que fue
asesinado brutalmente.
En mi edificio por ejemplo hace menos de 2 años a un
muchacho que se fue en su carro bonito que compró con gran esfuerzo para un
local nocturno en la Urbanización Las Mercedes (Este de Caracas), lo
secuestraron en esa zona y lo asesinaron: Hasta la fecha sus asesinos siguen
libres. En el edificio de al lado en donde vivo, el esposo de la hermana de un
vecino (el caso del periodista ancla del Canal 8 del Gobierno, que fue
asesinado en Caricuao) y los asesinos siguen sueltos impunemente como me contó
su joven esposa, quien quedó viuda con una bebé recién nacida y de la pena ha
rebajado 40 kilos.
Hay
mucho dolor, hay mucho agotamiento, hay mucha hambre para que la gente tenga un
ímpetu furioso en los sectores populares para ir a una marcha sin retorno que
convoque la oposición, aún cuando a la hora de votar lo hagan en contra del Gobierno sin la menor
duda. Puede ser que cuando lo menos espere el Gobierno, se prenda un zaperoco en
El Valle, Coche, Centro de Caracas, Catia, Caricuao, San José, Petare,
Guarenas, Guatire… (sectores populares del Distrito Metropolitano de Caracas),
porque la pobreza, la miseria está tocando el límte-límite y las bolsas del
CLAP no están cubriendo las necesidades elementales del pueblo, que además
apenas alcanzan 10-12 días de los cada 40 días que son vendidas por el
Gobierno.
Las cosas están demasiado mal en Venezuela y al Gobierno de Maduro el país se lo va devorar en cualquier momento, al igual que a todos los que lo estan con él en condiciones privilegiadas. Pueden poner cadenas presidenciales todos los días, pueden quitar la coneccion de CNN en español de las TV por cable en el país, pueden intentar seguir mareando a los venezolanos de a pié como yo, con las bolsas del CLAP cada 40 días, pero que solo alcanzan para subsistir 10-12 días. Pueden decir que es mentira que hay un montón de bandidos en su gobierno, que se robaron descaradamente los dólares del país que hoy se muere de hambre y por falta de medicinas. Muchos del entorno de poder chavista-madurista, tienen sus fortunas en Paraísos Fiscales del mundo o inversiones o cuentas mil millonarias en los Estados Unidos, que fueron incautados por el Departamento del Tesoro norteamericano en febrero 2017 por ser dinero de origen oscuro, ilegal....
El pueblo no es gafo. Sabe que se está muriendo de hambre y azotado con una criminalidad brutal, mientras un buen grupo del Poder Rojito están dándose la gran vida y tienen a sus hijos estudiando en el exterior con los dólares o euros, al cual los venezolanos no tenemos acceso. Este Gobierno está muy mal, pero muy mal y en cualquier momento le puede dar un infarto fulminante cuando menos lo espere...Y cuando suceda, nadie lo va llorar, sino todo lo contrario....
El pueblo no es gafo. Sabe que se está muriendo de hambre y azotado con una criminalidad brutal, mientras un buen grupo del Poder Rojito están dándose la gran vida y tienen a sus hijos estudiando en el exterior con los dólares o euros, al cual los venezolanos no tenemos acceso. Este Gobierno está muy mal, pero muy mal y en cualquier momento le puede dar un infarto fulminante cuando menos lo espere...Y cuando suceda, nadie lo va llorar, sino todo lo contrario....