sábado, 25 de febrero de 2017

NO SOPORTO VER A LOS VENEZOLANOS COMER DE LA BASURA Y NO LLORAR, LLORAR...


No soporto ver  a mi pueblo comer de la basura y no llorar, llorar: mientras Chávez me mira fijamente: Me levanté este sábado de carnaval toda trasnochada para pasear a Sky y le ladre a las bellas plantas del jardín o a quien se le antoje. Toda la santa noche música a todo volumen, como otras veces, que ponen algunos mal vivientes  INTOCABLES de la  Gran Misión Vivienda del gobierno que viven frente a mi conjunto residencial, zona por cierto que antes que llegara el Gobierno  hace  3 años y 6 meses, era la mejor y la más segura de la populosa Parroquia El Valle, para convertirla en un lugar sin luz al anochecer, y sin vista hacia las montañas del Fuerte Tuna (Ministerio de la Defensa).

La  única vista que tenemos todos los vecinos desde donde vivo, son los ojos de Chávez mirándonos a todos de manera punzante que están pintados en tamaño gigante en todas sus 6 torres que construyeron, sin haber hecho antes un censo policial para saber a quiénes estaban beneficiando y que no tuviesen prontuario delictivo. Supongo que el Coordinador  político de esta GMV y que vive allí, nada le importa al igual que poner orden los fines de semana, con los desadaptados sociales que mudaron y que no merecen vivir allí.

Luego de pasear a Sky a las 6:45 am en los jardines de la parte trasera de mis edificios, allí no tengo los ojos de Chávez que me miren fijamente, para yo decirle con mi mente un montón de reproches del desastre que dejó hace 4 años, empezando por el incapaz de Presidente que escogió a dedo, como si en Venezuela viviésemos en una monarquía. Sky usualmente detesta a los motorizados y a los indigentes o se pone muy nervioso o se pone a ladrar y ladrar. Pero en esta oportunidad cuando salimos por la parte delantera de mi edificio, a botar la basura de la noche, se quedó calladito y muy calmado cuando nos encontramos frente a frente, con un joven de aproximadamente 30 años todo sucio, de 1.75-1.80 de estatura, muy delgado comiendo de la basura unas auyamas  que estaban en un envase plástico de margarina Mavesa, de las Empresas Polar, a las que el Gobierno rojito ha perseguido con saña por envidia, a pesar de tener una éxitosa historia de más de 75 años en Venezuela y contar con el mejor Contrato Colectivo de trabajadores de todo el país.

Comía con gran desespero con sus manos sucias. El hambre no le daba tregua para mirar a nadie. Ver a este joven tan de cerca, que casi podía tocarlo, me hizo estragos en mi estado de ánimo y no pude evitar de ponerme a llorar, mientras los ojos de Chávez nos miraban fijamente a mí y al joven hambriento. El joven, por mi análisis rápido y evitando mirarle a los ojos, no tiene mucho tiempo en esa condición de extrema pobreza. Su dentadura estaba todavía perfecta y su cabello liso, sucio no estaba muy largo ni enredado.


A este joven de elegantes rasgos, me lo imaginaba bañado y con ropa limpia bonita, yendo a cualquier parte bonita de las que todavía sobreviven en Caracas. Le dije a Chávez con mi mente, mientras  nos miraba: “Caramba, cuánto daño y dolor les ha ocasionado a Venezuela. Pudiste haber hecho de nuestro país un lugar modelo y de oportunidades en América Latina, cuando te sobraron los recursos económicos con un poder político desmedido. Mira a este joven a quien la revolución lo lanzó a la total miseria y debe comer de la basura, como tantos venezolanos en todo el país. Desde el más allá en donde te encuentres, espero que estés llorando tanto como yo pero con CULPA, sin descanso…sin paz…Aspiro que hagas algún pacto por tu descanso eterno y saques a Maduro del poder con todo su combo, porque la maldad y la corrupción total los ha devorado.”