viernes, 21 de febrero de 2020

JOSÉ VICENTE RANGEL EN AGOSTO DE 1979 A PAULA GIRAUD ADRIANI: EL POLÍTICO ES UN SER QUE AMA Y SIENTE, QUIEN DEBE ESTAR SUBORDINADO A LA CONDICIÓN HUMANA…


Me gustan mucho las películas de guerra. El cine es mi hobby favorito, me fascina porque me aisla. Me gusta la televisión violenta ¡no me aliena!, desde el boxeo hasta “Hawaii Cinco-0”.
José Vicente Rangel, nació en la etapa final del gomecismo, el 10 de julio de 1929 de Cuño a Guanábano, a una cuadra del Cuartel San Carlos, en la casa de su abuela paterna. 
José Vicente Rangel: Mis padres eran muy exigentes en los estudios, nos levantaban a las 4 de la mañana a estudiar. Jamás vi a mis padres reñir. Yo fui un niño feliz, que siempre estuvo rodeado de amor.... 
“Mi madre Leonor Vale, conoció a mi padre en Acarigua. Era muy alegre, muy suave de carácter pero de una gran disciplina también.
José Vicente Rangel vivió su adolescencia en Barquisimeto, en dónde estudió primaria y el bachillerato en el Colegio La Salle: "El Colegio La Salle me dejó muy marcado unas coordenadas de tipo religioso, que me fueron impuestas con una gran flexibilidad."

Por Paula Giraud Adriani   
 Fotos de José Cohen

José Vicente Rangel es uno de los políticos en nuestro país (década de los 70) que no utiliza  como arma política la demagogia, ni la agresividad en el lenguaje. Tiene una imagen impecable.

El doctor José Vicente Rangel, nació en la etapa final del gomecismo, el 10 de julio de 1929 de Cuño a Guanábano, a una cuadra del Cuartel San Carlos, en la casa de su abuela paterna. Su padre era un funcionario público que trabajaba como inspector de carreteras. Como la mayoría de los habitantes en 1929, era un hombre que aceptaba el régimen imperante, el gobierno del General Juan Vicente Gómez.

-Mi padre perteneció a su época, donde existía un apego al paternalismo propio de la sociedad rural en que vivía el país. Era un hombre humilde sin implicaciones políticas, porque en esa época no había una expresión ideológica.

A raíz de la caída de Gómez -muere el 17 diciembre de 1935-, los padres de José Vicente Rangel tuvieron que irse a Colombia. Y el pequeño José Vicente quedó a cargo de su abuela paterna, Doña Abelina Cárdenas Silva, hasta la edad  los 8 años. El  hermano de su abuela fue Ministro de Hacienda de Juan Vicente Gómez. De esta primera infancia José Vicente tiene muy bellos recuerdos:

-La casa de mi abuela tenía un solar con muchas matas de vainillas, muchas flores…era un lugar muy lindo. Los recuerdos más bellos de mi infancia los asocio con mi abuela Abelina. Era una persona pequeña, de cabellos muy largos, muy disciplinada y sobre todo muy dulce, a quien le encantaban los animales.

De su madre expresa: “Mi madre Leonor Vale, conoció a mi padre en Acarigua. Era muy alegre, muy suave de carácter pero de una gran disciplina también. El hogar de mis padres era muy íntimo, en dónde la autoridad suprema de mi padre se imponía. Mis hermanos y yo absorbimos mucho de mi madre, quien era además muy humanitaria, con una gran preocupación por la gente.

Mis padres eran muy exigentes en los estudios, nos levantaban a las 4 de la mañana a estudiar. Jamás vi a mis padres reñir. Yo fui un niño feliz, que siempre estuvo rodeado de amor. Tuve una vida sencilla, sin ostentaciones.

José Vicente Rangel vivió su adolescencia en Barquisimeto, en dónde estudió primaria y el bachillerato en el Colegio La Salle: La educación pública en aquel entonces era muy precaria, y por tal motivo estudié en La Salle. Este era un colegio muy amplio, antidogmático, en dónde se aceptaban todas las clases sociales. La mensualidad era de 20 bolívares. El Colegio La Salle me dejó muy marcado unas coordenadas de tipo religioso, que me fueron impuestas con una gran flexibilidad.
José Vicente Rangel comenzó muy joven como activista político: Tenía 16 años. Su primera experiencia como militante fue con Unión República Democrática (URD).

-Mi ingreso a Unión República Democrática (URD) se produjo en 1949. Fue un ingreso por razones fundamentalmente emotivas. Por las condiciones como se desarrollaba la campaña electoral  y por la forma en que fue saboteado un acto que ofrecía Jóvito Villalba en Barquisimeto. Eso, ese saboteo, motivó la solidaridad de un grupo de jóvenes entre los cuáles me encontraba yo. Fui  Secretario Privado de Villalba y participé activamente en la campaña de 1952 en dónde Jóvito salió elegido Presidente de la República y se le desconoció el triunfo. Tuvimos enfrentamientos con Marcos Pérez Jiménez, estuve preso y en ese mismo año salí exiliado a Chile. País en donde estuve 3 años y que me abrió una experiencia política-social muy rica. 

...En esa época conocí a Salvador Allende con quien establecí una gran amistad. A partir de ese momento estuve en el ala izquierda de URD. En Chile, además comencé a estudiar inglés en el Instituto Británico Chileno. En ese lugar conocí a una muchacha de 14 años que tenía los ojos negros más lindos que he conocido y con quien me casé al año siguiente y de quien sigo profundamente enamorado.

José Vicente Rangel, se expresa de su esposa Ana Ávalos con gran orgullo y amor, y recuerda sonriendo que cuando se casó con ella, un sacerdote chino ofició la ceremonia: “Te imaginas un chino hablando en latín!. Todavía trato de adivinar que fue lo que nos dijo a Ana y a mí”.

Después –continúa- viajamos a España, en dónde me fui a estudiar un curso de Derecho Laboral. En Madrid nació mi hija Gisela. Fueron tiempos difíciles, pero nosotros éramos muy ahorrativos. 

Después nos fuimos a Santiago de Campostela y en esta bella tierra, nació mi segundo hijo. En 1957, se produjeron algunos cambios en el panorama político de Venezuela. Se tomaron medidas de dejar entrar a algunos exiliados, entre los cuales estaba yo.

José Vicente NO  fuma, ni bebe:

-No es nada de índole moral, simplemente que no me gusta.

Le manifestamos a José Vicente Rangel, que a muchos nos llamó la atención cuando las páginas sociales publicaron la boda de su hija Gisela. Para muchos era incompatible que la hija de un socialista se casara por la iglesia con todos los requisitos litúrgicos.

-No hay ninguna incompatibilidad. Yo fui criado en la FE cristiana, me eduqué en un colegio católico. Posteriormente fui avanzando en el estudio y análisis de los hechos. Comencé a participar en política y hoy día que quiero una salida socialista para los venezolanos, busco explicaciones de varios hechos y creo que tiene que haber un ser supremo ordenador de la vida. El nombre se lo asigna cada quien. Para mí el problema, es realizar la felicidad del hombre en la tierra. El problema del más allá es individual. Pero lo importante es que cada quien pueda creer en un Dios o no creer en nada y no ser perseguido por su posición religiosa.

-Mucha gente lo ve a usted como un burgués y que sus trajes se los hace un diseñador muy conocido. ¡Qué dice al respecto?

-Primero que nada quiero decirte que no tengo cinco mil bolívares disponibles (en 1979, eran más de 1.200 dólares) para comprarme un traje confeccionado por un sastre conocido como el que me mencionas (me refería a Alvaro Clement en ese momento). Mi ropa la compro hecha y en las tiendas de ropa para hombre en El Silencio (centro de Caracas). Soy un hombre que no tiene otros medios de vida que mis ingresos como parlamentario. La herencia de mi padre fue de ochenta mil bolívares. Tengo en propiedad la casa en dónde vivo y quien tenga alguna duda puede ver mis declaraciones anuales del Impuesto Sobre la Renta y las declaraciones juradas de bienes que hago como parlamentario.

Le comentamos a José Vicente Rangel que él es un político que se caracteriza por no utilizar un lenguaje agresivo a diferencia de muchos políticos de nuestro país:

-El insulto es una derrota a la imaginación. El fanatismo es lo que más aborrezco. La verdad siempre es compartida, nadie tiene el privilegio de la verdad. Yo creo que mis ideas son correctas. Yo no asumo la política como desahogo. Yo no soy un acomplejado social. Más mérito tiene la persona que nunca le ha faltado nada y es socialista, que la persona que dice ser socialista y es porque nunca ha tenido nada, porque su actitud no es una convicción racional, sino un desahogo, porque está resentido.

Desde la década de los 60, José Vicente Rangel se destacó en el Congreso Nacional por la defensa que como parlamentario ha hecho por los Derechos Humanos y activistas políticos presuntamente torturados y secuestrados por los organismos policiales:

-En un gobierno socialista yo seguiría fiel a la Defensa de los Derechos Humanos. Algunos afirman que los gobiernos socialistas ejercen el control de los individuos, pero yo no estoy de acuerdo con esa base, porque nosotros no tomamos ningún modelo de gobierno socialista para implantarlo en el país. Respetamos cada una de las experiencias, pero no implica que deseemos calcarlas. Para nosotros el socialismo es profundización de la democracia y no la destrucción de ella.

-¡Cuál es su posición frente al homosexualismo?

-Ese es un problema de cada quien. Yo no tengo ninguna actitud inquisitoria, ni frente a las ideas políticas ni por comportamientos sexuales.

-¡Qué piensa del aborto?

- Sobre el aborto se especula mucho. Se piensa que una Ley de Abortos sería una puerta abierta para que se convierta en una rutina. Yo entiendo la legalización del aborto como una manera de racionalizar una situación que de hecho ocurre en Venezuela y que deja como victimas a muchas mujeres de pocos recursos económicos. Yo concibo la legalización del aborto creando instrumentos jurídicos, que establezcan en primer lugar los casos, en que se debe practicar el aborto, el tipo de instituciones que lo van a practicar, y la participación de los médicos en esa actividad.
José Vicente Rangel es una persona muy serena. A medida que avanza la entrevista y que nos va mostrando el otro rostro de él, no como político sino como persona y como decimos a veces: “Es un tipo buena gente.”

-¡Cuáles son los defectos de José Vicente Rangel?

-Soy muy quisquilloso con los compromisos –tiene razón, MOMENTO llegó  un cuarto de hora de retraso y nos preguntó qué había pasado-.(Le dijimos, que nos habíamos perdido un poco, en encontrar su casa). La impuntualidad me saca de las casillas. Mi esposa dice que yo me levanto muy temprano (5:30 a.m) y que yo soy muy necio en los detalles. No sé bailar, lo único que sé bailar es el bolero. Me preocupa hacer el ridículo, yo soy muy torpe en los movimientos, en las manos.

-¡Qué es lo que más detesta de una persona?

-No soporto el fanatismo, la intransigencia en una persona. Me gusta escuchar a la gente, pero en este país esto no se da.

-En los cincuenta años que usted tiene, ¡qué no ha logrado hacer hasta los momentos?

-Yo quisiera escribir una novela. Pero no he podido madurar lo que quisiera expresar en la novela. He escrito muchos poemas. Lo artístico me apasiona.

De los muchos poemas que José Vicente Rangel ha escrito, entresacamos un párrafo de unos apuntes de un libro de poemas de él, que tal vez el próximo año salga a la luz (1980):

Estuve cerca del gran árbol y rezo

mientras pude saber que la noche le envolvía.

Después vino el temblor y los animales huyeron,

fuga de palomas, de perros y de buitres,

fuga de hombres hacia el límite,

donde el mar se corta y los ríos empequeñecen.

Voz antigua y profética,

deja que el hombre busque su propio ser,

deja que se encuentre a sí mismo,

déjale andar por las mentes y tropezar.

No olvides el canto y los perdidos rostros,

No olvides que detrás de tu cuerpo

Están otros cuerpos en la búsqueda de lo que han sido.

José Vicente expresa que el político es un hombre que ama, que siente, que estudia y se prepara. “Un político que no escriba, inclusive poesía, es un político congelado en los esquemas “cliché” de los aparatos”.

-¡Cuáles son las cosas que le gustan a José Vicente Rangel?

-En la música me gusta mucho “La Salsa” como sonido. Me gustan mucho las películas de guerra. El cine es mi hobby favorito, me fascina porque me aisla. Me gusta la televisión violenta ¡no me aliena!, desde el boxeo hasta “Hawaii Cinco-0”. Me gusta viajar los fines de semana al interior del país. Me gustan los lugares oscuros como los Piano Bar. En la comida me gustan mucho las arepas, el pabellón, no me gusta el pescado, la comida chilena y me fascinan las hallacas.

El líder del MAS nos manifiesta que le encanta que su esposa Anita le ayude comprar la ropa y le corte el cabello: “Cuando cobro mi sueldo se lo entrego a Ana, porque yo no tengo nada que ver con la administración de la casa y entonces que ella me mantenga. En mi casa hay un matriarcado. En mi familia la mujer ocupa un lugar privilegiado”.

Haber conversado con José Vicente Rangel, entre tacitas de café humeantes, suspiritos y polvorosas, y leyendo sus bellos poemas, nos hizo pasar a MOMENTO una mañana muy especial en su casa.



 #José Vicente Rangel, gran entrevista retro del mes de Agosto de 1979, Revista MOMENTO. Edición Nro 1.204


Confesiones íntimas de José Vicente Rangel en 1979 con la periodista Paula Giraud