Este viernes 4 de Octubre se cumplen 3 meses del viaje al infinito de mi mamá,
en circunstancias muy dolorosas que nos rodearon a ambas. En esos momentos me
ví de frente de manera brutal, a un país desolado y de total incompetencia en
la salud pública, de la escasez de medicamentos en un 70 por ciento, en la
respuesta súper tardía de una ambulancia del Estado (hay menos de 9 para
atender a la súper compleja capital de Venezuela: Caracas).Sentí de cerca más
que nunca, el miedo supremo de ser asaltada al salir o entrar al Hospital de
los Magallanes de Catia, temor dentro de las instalaciones del Hospital de
Coche, en donde hay un gran número de pacientes que entran por ser victimas del hampa, o los pacientes
son los malandros tiroteados o por la policía o por grupos de una banda rival.
El que viva muy de cerca esta Venezuela “brutal”
que me ha tocado vivir, me parece
impensable que pueda estar con EL PROCESO REVOLUCIONARIO. En momentos muy
difíciles de nuestras vidas dentro de un marco de país que nos avergüenza
profundamente, y por lo menos la mitad de los venezolanos no se lo merecen
porque luego de 1998, nunca más volvimos a votar ni por Chávez (que en paz
descanse y si no ha podido despegar de lo terrenal es por muchas cuentas
pendientes que dejó y que quedaron al desnudo luego de su fallecimiento).
Tengo una amiga
muy querida por mi y muy cercana del chavismo, quien se portó de maravillas y
con gran amor desde la muerte de mi mamá hasta que la cremamos el domingo 6 de
julio 2014, al igual que la madrina de mi hija en los días previos del infeliz
desenlace me sacó varias veces de los recintos hospitalarios cuando nadie se
acordaba si había comido o nó. A la familia a la que acudimos, porque creíamos que
era la más inmediata en ese momento, se hizo “la sueca” en los momentos más
dolorosos y traumáticos de mi vida (venía de una larga pesadilla hospitalaria y
sin dormir por mucho tiempo). A esto le agregamos que se me prohibió llorar
luego de 10 horas de haber fallecido mi mamá en la casa que una vez fue de élla,
porque molestaba a quienes estaban viendo televisión.
La noche fue
muy larga para mí y mi hija que deseaba correr a las 11 de la noche en un Taxi.
Gracias a Dios, mi muy solidaria amiga vino en nuestro rescate muy temprano el
sábado 5 de julio para diligencias legales y funerarias, quien es la misma
persona que tomó la difícil desición de abandonar su columna dominical en
Últimas Noticias el domingo 7 de agosto del 2014, desde la cual durante 10 años
defendió al Gobierno, para pasar a un absoluto perfil bajo y escribió como
despedida a sus lectores: “…cuando uno empieza a dejar de comprender lo que predica
es mejor hacerse a un lado y buscar espacios donde pueda ser más útil.”. Élla no va estar nunca en las filas de la
oposición y solamente verá desde lejos a un proceso “revolucionario” en el cual
creyó fervientemente sin haber ocupado ninguna importante posición laboral en
algún ente del Estado desde hace 15 años.
Los venezolanos nos encontramos en estos momentos en
circunstancias horrendas que nunca del cual tengamos memoria, pudimos haber
vivido. Hasta las epidemias de salud pública que vivimos en una Venezuela rural
de la época gomecista, regresaron con otros nombres y muy extraños por cierto
(Yo no sé pronunciar por ejemplo:CHI- KUN- GUN- YAAAAAAA). Suponemos por lógica, que los días de este “proceso”
tiene sus tiempos contados porque la desesperanza y de una nación sumida en la
quiebra de empresas, fábricas, fincas, pequeños negocios familiares o de
tradición en el país, nos dicen que NO EXISTE futuro ni esperanzas de nada con
este actual Gobierno y con todos los que han gobernado por más de 15 años con
quien fuera su máximo líder.
Las culpas de este
muy mal gobierno, son producto de las decisiones equivocadas, radicales y de
intolerancia en todos los ámbitos del desaparecido Hugo Chávez. Todos los
dirigentes que mal gobiernan hoy, fueron las personas de confianza en las
cuáles “el Comandante Supremo” les permitió que destruyeran el país según sus
convicciones equivocadas basadas en los pensamientos de Karl Marx, Mao Tse Tung y Fiedrich Engels
entre otros (con los cuáles, los Gobiernos que los sigue o los siguieron en las
ideas, se han ido al despeñadero del caos y de la pobreza).Nicolás Maduro está
gobernando y todo el equipo que lo acompaña desde que Chávez llegó al Gobierno y
cuando se despidió del país el 8 de diciembre del 2012 para viajar a Cuba y
enfrentarse a un último proceso quirúrgico del cual estaba casi seguro que no sobreviría,
aupó a Maduro y a todos los que acompañaron siempre.
La responsabilidad de todo el desastre económico,
corrupción, caos hospitalario y de aterradora inseguridad no es el resultado de
la muy mala gestión de Maduro, sino de todo un “proceso revolucionario” que
tiene las huellas firmes que destruyó con fuerza a un país desde 1999. Los
gobernantes anteriores no lo hicieron bien, pero al menos teníamos la libertad
de trabajar en cualquier ente del Estado, sin importar si éramos adecos,
copeyanos, masistas, miristas o comunistas. Podíamos viajar fuera del país
cuando nos diera la real gana y con los dólares que necesitáramos, teníamos
supermercados y abastos surtidos de productos. Las farmacias estaban full de inventarios.
Igual las ferreterías, negocios de repuestos para carros y electrodomésticos.
Todavía podíamos ir al cine de 7 a 9 de la noche o ir a cenar a un restaurant
en paz. Podíamos ir de tasca en tasca a la españolísima Parroquia La Candelaria
o los excelentes restaurantes de la también “europea” Parroquia El Recreo
(Sabana Grande, Av. Francisco Lozano).
Cuánto extraño al país que una vez disfruté en paz, así
como la familia grande que una vez tuve y en la cual era amada y consentida, y
que hoy lamentablemente no está. Pero Dios es grande y te pone en el camino,
amigos generosos, amorosos y de una solidaridad inmensa, que conmueven lo más
profundo de nuestros corazones.