(Imagenes y fotos tomadas prestadas de internet)
Twitter: @paulagiraud29
(Imagenes y fotos tomadas prestadas de internet)
Estamos en tiempos muy difíciles en la economía venezolana,
en los cuáles los bolívares se nos hacen cada vez más insuficientes. Tenemos
que buscar en nuestras partidas presupuestarias del hogar, en las cuáles debemos hacer drásticos “recortes fiscales”. Todo
ahorro que tengamos que realizar, significan un sacrificio personal y de
tiempo, el cuál tampoco sobra en la búsqueda de lo que NO HAY en el país. La
inflación se ve MAYÚSCULA también en peluquería canina,productos alimenticios,
medicinas y productos de limpieza de uso veterinario.
Hoy llevar a la peluquería a nuestra mascota cada 3 meses
cuesta 500Bs, sin incluir el alimento veterinario que deben tener en sus dietas
diarias que también subió como todo en Venezuela a precios siderales….Las 12 pastillitas
tranquilizantes (de 1 a 3 pastillas por cada 10 kilos de la mascota) se montó
en 220 bolívares, son mil por ciento más caras que los sicotrópicos para dormir
de las personas o para estar en calma cuando las circunstancias lo ameritan. En
fechas navideñas o de celebraciones con mucho ruido en las calles, nuestras
mascotas deben ser medicadas urgentemente o entran en un colapso nervioso o de
mucho susto, que puede poner en peligro la vida de nuestros amados
compañeritos.
Somos muchos los que tenemos mascotas en nuestros hogares, y
también a esta “partida presupuestaria” hubo que hacerle MAGIA y recortes
fuertes en la dieta veterinaria diaria y balancearla, combinarla con la también
“recortada” alimentación del entorno familiar en muchos rubros. Este domingo 7
de diciembre, busqué 2 tijeras de mi costurero, le puse el bozal y correa de pasear a mi cocker para ponerme en
una posición nada cómoda por dos horas para
“podarlo” desde las orejitas pelúas hasta sus paticas que parecían dos grandes
mopas para limpiar el piso.
Por no usar guantes de jardinería, se me hicieron ampollas en
3 dedos de la mano derecha. No sé cuánto estarán costando en estos momentos una
afeitadora para acicalar mascotas, ni deseo averiguarlo para no morir del susto
del costo que podría tener la misma: Seguramente que también es importada y si
se encuentra es a precio de dólar súper libre, o NO HAY.
El caso, que en este
recorte presupuestario: NO LLEVARÉ AL PERRO A PELUQUEAR POR TIEMPO INDEFINIDO,
porque yo misma lo haré y a mi manera. Este domingo 7 de diciembre, al perro le
tocó que le regalara la mitad del día,
que es para mí de descansar, inventar en mi casa y ver películas en DIRECTV.
Luego de acicalarlo
con inmensa paciencia (no le gusta a mi mascota ni que lo afeiten ni que lo
bañen), lo metí en el baño con dos tobos de agua y una ollita, un par de
guantes de oficios,champú veterinario y enjuague de uso personal mío y de mi
hija y dejé a mi mascota bien limpiecita con su corte casero que le hizo la “Jefa
de la manada”: YO, porque a mi hija le hubiese pintado mil palomas mensajeras
en dejarse hacer lo que le hice, porque al “final” mi perrito sabía que no tenía
escapatoria de no ser “peluqueado” en la Clínica Veterinaria con toda la
tecnología y espacio disponible y sería enjabonado, duchado en el pequeño baño del
Apto. En todo momento estuve evitando que no lo emparamara de agua. ¡Valgan todas estas incomidades
por ir restando gastos del presupuesto familiar, en estos tiempos de súper
crisis económica!.
Mi mascota, a pesar de no tener las herramientas adecuadas
ni de yo saber de peluquería canina,
puedo decir que me quedó bien bonita, olorosa y pulcra. Pero como dice el dicho
“El hambre, tiene cara de hereje”. Y que debemos ponerle una tonelada de
voluntad, paciencia, amor y creatividad a las cosas que debemos hacer nosotros
mismos, porque ya no hay dinero suficiente para ninguna partida presupuestaria del hogar.