El tetero mágico de juguete cuando apareció por primera vez en los 60, el NIño Jesús y mi mamá Rosa María hicieron lo imposible por conseguirlo.... El Bebé Querido y el tetero mágico fueron los 2 de regalos de una navidad de los 60 que más recuerdo con inmesa emoción y alegría....Fue un día inolvidable para mí....
EL
BEBÉ QUERIDO Y SU TETERO MÁGICO FUERON LOS 2 REGALOS DE UNA NAVIDAD EN LOS 60
QUE MÁS RECUERDO DEL NIÑO JESÚS Y DE MI MAMÁ ROSA MARÍA:
Vivía
en la 4ta Avenida G de la Urbanización Campo Claro,(hoy parte de la Casona Presidencial-Caracas), Anexo de la bella Quinta
Carmen (era de mi abuela materna Carmen Cecilia Adriani). Entre mis vecinos
estaba la familia y las niñas del mártir
Teniente León Droz Blanco (asesinado en Barranquilla, Colombia por la Dictadura
de Pérez Jiménez).
Mi casa, anexo de la Quinta Carmen, era por dentro parecida
a muchas casas de esos años de parroquias tradicionales como La Pastora y San
Agustín, cerca de la Plaza de Toros del Nuevo Circo (donde vivían mis abuelos
paternos): un patio central con piso de granito y alrededor del mismo estaban
las habitaciones, el baño, el recibo, el comedor, la cocina y el porche con
plantas donde la familia se sentaba o los niños se ponían a jugar.
En verdad, que los 24 de diciembre trataba de no acostarme muy tarde y dormirme como la Bella Durmiente.Como
mi mamá siempre era muy previsiva (le temía a los intrusos) porque era fácil
acceder a la casa desde el techo al patio Central. Yo de niña con mis
tías-hermanas de crianza ,cercanas a mi edad, hermanas de mi mamá y por cierto
primas-hermanas del exFiscal General de la República y Vicepresidente de Chávez,
Isaías Rodríguez Díaz; Guadalupe (Lupita) y Margarita Díaz Adriani.
Yo y los niños de esa época, no éramos muy
PRETENCIOSOS ni exigentes en nuestras cartas al Niño Jesús (nada que ver con
los niños de esta generación). Recuerdo que cada 25 de diciembre apenas
amanecía, mis ojitos se abrían rapidito sin nada de sueño para buscar mi
regalo: En esa Navidad que recuerdo con inmensa emoción como si fuera hoy, vi
al lado de mi cama una caja grande. Quité el papel de regalo con cuidado(nunca los he roto) y el inmenso
lazo que había encima. Me encontré al famoso BEBÉ QUERIDO y un tetero mágico al
lado de él. El bebé parecía de verdad, su torso, bracitos, piernas eran
rellenos con algodón sintético y tenía movilidad como cualquier niño. Su
cabello era rubio, el cual había que cuidar mucho para que no se dañara. Los
ojos eran achinaditos. Las manitas y los pies eran gorditos. La leche de el
tetero mágico cuando se le daba al bebé se desaparecía a simple vista. Era toda
una maravillosa innovación en juguetes en los años 60. Ese Bebé Querido y su
tetero mágico me lo llevaba para todas partes y en todas mis vacaciones o fines
de semana a la playa o a la Colonia Tovar.
Le tenía una pañalera de
verdad-verdad con ropita de bebé ya usada por los niños de la familia de ese
entonces. Ese bebé tuvo un lugar muy especial en mi vida por muchos años.
Cuando ya era adolescente, lo ponía de adorno, cuando ya tenía arreglada mi
cama. Creo que desde muy niña, ya sabía como atender un bebé de verdad. Mi mamá
Rosa, me decía como cargarlo, cómo sacarle los gases cuando le daba la leche
con el tetero mágico. Élla me seguía el juego de manera muy seria “aparentemente”.
En estas Navidades, en que élla por primera vez no está conmigo, recuerdo más
que nunca esa famosa y emocionante Navidad en que el Niño Jesús me trajo el
Bebé Querido y un tetero mágico. Que recuerdo tan hermoso…Se me inundan los
ojos de lágrimas llenas de amor y de nostalgia de esos súper felices días que nunca más volverán.