miércoles, 22 de julio de 2015

MI AMADA CARACAS DESDE EL ESTE HASTA LA PLAZA O´LEARY....

Fotos de Franco Pinnelly
 Bellas damas caraqueñas como mi mamá Rosa María Adriani, se sentaban en la fuente Plaza O´LEARY,centro de Caracas (El Silencio)....Nuestra capital era amable, segura....Las damas se vestían muy bonito...eran los tiempos en que las costureras o modistas estaban abarrotadas de trabajo y siendo viudas o madres solas, mantenían a sus hogares y además se esforzaban que sus hijos tuviesen una carrera dignas para vivir...La figura "Papá Estado" le hizo en verdad mucho daño al país....
 Esta bella dama está sentada con su hijo en la Plaza Altamira (Este de Caracas)....aún cuando no es la misma de esos años (40-50-60...) se mantiene hoy dia como un lugar para sentarse un rato...Hay un mantenimiento de sus fuentes de agua y de sus jardines...Hay vigilancia policial...La foto de abajo (Altamira y su famosa Plaza) es aproximadamente de finales de los años 40 y años 50....


Entrada del Cine Altamira, (Municipio Chacao), Este de Caracas: Fue un  bellísimo cine, y recuerdo que era "impelable" que mis padres me llevasen al mismo, todos los domingos a las funciones de las 11 de la mañana, luego de ir a la Iglesia...Después del cine íbamos a comer comida italiana a Campo Claro o La Carlota (Municipio Sucre, Estado Miranda, zona metropolitana de Caracas)....


Estos eran los precios de los productos de la cesta básica e higiene del hogar en el año 1967...El bolívar era una moneda muy fuerte internacionalmente...El cambio con un dolár, era 4,30...Hoy en en el 2015, lamentablemente nuestra moneda nada vale y nadie sabe realmente cuál es su valor, y muy pocos venezolanos tienen acceso al dólar....A pesar de que la economía cada vez más se dolariza y el pueblo es cada vez más pobre porque sus bolivares nada valen cuando necesita comprar algo o NO HAY nada de lo que busca, y conseguirlo es un gran viacrucis o luego de muchas horas de cola para conseguir solamente un producto...



Mi Caracas amada desde el Este  hasta la Plaza O¨Leary la que se fue, para no regresar (fotos de Franco Pinnelly): En la primera gráfica observamos un grupo de damas sentadas alrededor de la fuente en Plaza O'Leary (Centro de Caracas-El Silencio) y en la otra una bella dama sentada en la Plaza Altamira (Este de la capital)…Eran tiempos en que las damas, como mi mamá parecían sacadas de una revista de cine. Mi primer trabajo, siendo todavía adolescente fue en el Registro Principal de Caracas (Av. Lecuna-Centro de Caracas, cerquita del Teatro El Nacional)…

Con un modesto salario como escribiente de notas marginales en documentos de todo tipo, buscar escrituras legales en los libros antiguos de nuestros inmensos estantes del 2do piso con un notable señor de más de 70 años, quien fue mi jefe inmediato entre otros, que se apellidaba Febres-Cordero (merideño), podía darme el lujo de almorzar todos los días en los buenos restaurantes del centro de Caracas, siendo una sencilla funcionaria en el Registro Principal de Caracas (Ministerio de Justicia). Lugar por cierto, en donde conocí al conocido abogado Jaime Ballestas (Otrova Gomas), con quien en esos años hice una linda amistad, y me hacía reir mucho con su exquisito humor negro, y tenía anotaciones en un cuaderno de esos cuentos, antes de ser Otrova Gomas, su nombre literario en las famosas librerías del país.
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Casi nadie en esos tiempos, llevaba comida de su casa para la oficina. En mis temores, no estaba el miedo de ser asaltada o robada en cualquier esquina, aunque si era precavida por enseñanzas de mi mamá desde muy niña, de no transitar lugares solitarios. Obviamente en esos bonitos tiempos, no teníamos miedo de ser atracadas en pleno centro de Caracas, y además porque en esa época también habían muchos policías de punto, como el famoso Apascacio Mata (Av. Universidad con esquina de Sociedad)  que Dios lo tenga en su gloria.

Muchas veces los fines de semana se podía salir de noche para ver una obra de teatro o una alegre zarzuela en el Teatro Nacional o  en el Teatro Municipal, y nadie estaba aterrado de que algo feo pudiese pasarle luego. ¡Cómo disfruté a la hoy intransitable Caracas!. ¡Cómo disfruté de los bellos carnavales en todas sus parroquias y de los famosos perros calientes  que vendía desde su carrito con toldo un señor italiano en la Plaza Altamira!.

Y era impelable ir al cine Altamira en los famosos horarios de las 11 de la mañana los días domingos (luego que la familia hubiese ido a la Iglesia)…Qué bello era el cine Altamira, hoy no queda ni rastro de lo que fue y lo que siginificó para los caraqueños, como otros famosos cines como El Olimpo (Chacao), Cine Lido, Cine La Castellana, Cine La Carlota, Cine Canaima, Cine de La California (estaba dentro del Centro Comercial La California)…y en el Oeste de Caracas, el Cine Boyacá (cerca del Parque Central y Av. Lecuna). Cine América (Parroquia San Agustín del Norte y cerca de los Bomberos de Caracas)…Cine Rialto (Plaza Bolívar). Cine Rívoli (Esquina de Muñoz a Conde)…Cine Metropolitano, cerca de la antigua sede del Diario El Nacional (Plaza Miranda con Av.Baralt)..Cine Ávila, cerca del Metrocenter y Torres del Centro Simón Bolívar, a este cine fui muchas veces a ver bellas peliculas de Walt Disney...El Cine Hollywood, en la esquina de La Marrón, Parroquia Candelaria, fue otro cine hermoso del centro de Caracas, y su cartelera principalmente estaba dirigida al cine español o cine mexicano, comenzando con las graciosas películas Mario Moreno "Cantinflas"....

Igual eran famosas las parrillas de un camioncito de la Av. Rómulo Gallegos frente a la extinta C.A. Venezolana de Navegación, hoy ocupada por la Universidad Humboldt…Y ummm fueron inolvidables también los Helados Frappé cerca del Colegio Madre Emilia. Mi preferido era el helado de café y otras veces el combinado con parchita y fresa.

También era toda una gran emoción ir al cine del Colegio Padre Clareth (colegio de varones) con las niñas del Colegio La Inmaculada (cerquita del Clareth también)…Avenida Rómulo Gallegos con Los Dos Caminos, Municipio Sucre, Estado Miranda, zona metropolitana de nuestra capital. Es saludable para nuestro espíritu recordar a la Venezuela que ya no tenemos….Debemos permitirnos soñar, porque si no soñamos, no podemos volver a dibujar la Venezuela que todos nos merecemos.