El papel toilet y las servilletas en la Venezuela del 2013: Igual de "blindado" y "soñado" como el oro del Banco Central de Venezuela (BCV).
Henrique Capriles Radonsky debe darle un
millón de gracias a Dios de no ser Presidente de Venezuela en este momento o le
hubiera estallado un “Caracazo” como le sucedió a Carlos Andrés Pérez al poco tiempo de finalizado el Gobierno de Jaime Lusinchi (2 de Febrero 1989).Había una crítica situación económica con fuertes políticas de devaluación monetaria que se venían arrastrando de su antecesor, Luis Herrera Campíns, conocidas como el viernes negro del 18 de febrero de 1983 el "supuesto fin" de frenar el aumento de la deuda externa, que de 1980 a 1983 pasó de 29.310 millones de dólares a 38.297 millones de dólares, lo que generó un desfalco de más de 700 millones de dólares de las reservas del Banco Central de Venezuela. La disparidad del bolívar con respecto al dólar en esos años creció al igual que la inflación, continuando la economía venezolana con su carácter dependiente y monoproductor. Ante esta situación el gobierno de Lusinchi decidió re-diseñar sus políticas económicas, controles de precios y de divisas entre otras medidas que causaron grandes tensiones sociales que le "reventó" en la cara con El Caracazo a Carlos Andrés Pérez al poquito tiempo de asumir la Presidencia de la República, a pesar que había una ilusoria estabilidad económica cuando Lusinchi terminó su mandato.
Muchos recordamos que había una economía "muy golpeada" desde el Viernes Negro del Gobierno de Luis Herrera Campíns. Había un RECADI en el Gobierno de Lusinchi colmado de corruptelas para la compra y venta de los dólares preferenciales. Teníamos una economía represada como las furiosas aguas del Complejo Hidroeléctrico del Guri, que le iban a estallar al Presidente
que ocupara el Palacio de Miraflores luego del 2 de Febrero de 1989, y así sucedió, con un saldo trágico los días
27, 28 y 1 de marzo de 1989 como fue El Caracazo.
Los venezolanos,que no estamos con importantes posiciones en el Poder Político o Poder Bancario, a quienes la crisis no lo ha afectado en lo
absoluto, estamos sufriendo en carne propia una gran crisis económica, resumida
en un gran descontento en la población sin distingos políticos: Nos está
devorando una inflación insorportable con unos salarios fuera de la realidad.
Hay un pueblo desesperado haciendo inmensas colas en la capital y en todos los
rincones de Venezuela para adquirir papel toilet, servilletas, azúcar, harina
de maíz, margarina, aceite de maíz, harina de trigo, ¡café y pollo
desaparecidos!, carne de tercera (carne para esmechar que no rinde nada y para
dos almuercitos de una familia chiquita) ¡cuando se consigue, vale 140 bolívares
el kilo! Ya los 15 huevitos, todos sucios y full caca de gallina, que debemos
lavar muy cuidadosamente con detergente
ya están costando 45 bolívares (le subieron 5 bolívares otra vez más hace pocos días). Si se
consigue café ¡en manos de los buhoneros!, no nos queda otra que dejarnos
robar, medio kilo de Café Fama de
América a 30 Bsf.
A pesar de las sabias palabras de mi
antepasado materno e ilustre venezolano-merideño ALBERTO ADRIANI, nunca
sembramos el petróleo y tenemos como resultado una economía alimentaria de Puertos: Aquí
comenzó el gigantesco error estructural de la economía venezolana después del
Gobierno del General Juan Vicente Gómez. En la época de la colonia éramos
grandes productores de cacao, café, caña de azúcar, tabaco, granos, maíz, carne
vacuna, leche, etc. Desde los años 60-70, TENEMOS UNA ECONOMÍA DE PUERTO,
nuestras necesidades alimentarias, materia prima para medicinas, y en general de productos indispensables en la vida de
cualquier venezolano depende de los puertos extranjeros y del “bendito” dólar
que es la moneda que reina en el mercado mundial.
UNA VENEZUELA MILLONARIA EN RECURSOS PERO CON
LA ESCASEZ DE UN PAÍS EN GUERRA
La verdadera independencia de un pueblo es
que tenga una sólida economía agroalimentaria y un sólido Parque Industrial y
de Silos en todos los rincones del país. Desgraciadamente, hemos tenido una
inmensa fila de Presidentes venezolanos y Ministros equivocados en la manera de
construir una Venezuela Independiente y verdaderamente soberana, basada en una
economía sana y vigorosa. Con los inmensos recursos naturales que Dios le
regaló a Venezuela, deberíamos ser la primera potencia económica en América
Latina conjuntamente con Brazil y con
una calidad de vida como la “pequeña Suiza de América”: Costa Rica. Somos
apenas 30 millones de venezolanos y con los recursos naturales que poseemos
deberíamos ser un país modelo en calidad de vida y como ¡mucho! con una inflación de apenas de un dígito.
DE UNA ECONOMÍA COJA DE UNA PATA, PASAMOS A
UNA ECONOMÍA EN SILLA DE RUEDAS…
Antes del
hoy desaparecido Presidente Hugo Chávez, nuestra economía ya venía con “una
pata coja y corrupta” luego las
equivocadas medidas, basadas en un ESTADO TODO PODEROSO QUE QUIERE HACER DE
TODO, nuestra economía pasó de “una pata coja” a una economía en silla de
ruedas, casi parapléjica. A pesar de las muchas críticas que se le han HOY
hecho al Gabinete de Nicolás Maduro, creo que por primera vez en 14 años en esta economía
sentada en una silla de ruedas, en estos momentos difícilísimos producto de una
suma de muchos errores desde la caída de la dictadura del General Pérez Jiménez
en la conducción de la economía venezolana, la escogencia de Nelson Merentes al
frente del Ministerio de Finanzas ha sido un gran acierto conjuntamente con la
nueva Presidenta del BCV, Edmeé Betancourt y de algunas figuras del chavismo
que están en la palestra gubernamental, que en mi opinión son preparados
académicamente, moderados en sus discursos y
son gerentes en el amplio concepto de la palabra, como lo es en mi opinión también el Vicepresidente Jorge Arreaza. Me parece que la crisis que les estalló en la cara, los está
llevando a realizar un gran esfuerzo para arreglar los mil “entuertos” en la
Venezuela petrolera con un barril a 100 dólares( poseedora de los más grandes
yacimientos del mundo), pero paradójicamente y sin lógica en una nación súper
millonaria como nuestro país, el pueblo venezolano “se mata” a empujones o
tiene que hacer colas gigantescas como ¡si fuera fín de mundo! cuando en un
supermercado llega el papel toilet o las servilletas, la harina de maíz, el azúcar, la harina de trigo, el café, la margarina, el aceite de maíz, la leche pasteurizada o en polvo, el pollo, el jabón de tocador y etc.
La escogencia de Nelson Merentes al frente del Ministerio de Finanzas ha sido un gran acierto conjuntamente con el de la nueva Presidenta del BCV, Edmeé Betancourt y de algunas figuras del chavismo que están hoy en el Gabinete de Nicolás Maduro, quienes en mi opinión son preparados académicamente, moderados en sus discursos y son gerentes como lo es también en mi opinión el Vicepresidente Jorge Arreaza.
En verdad que es descabellado que en un país rico como Venezuela, el pueblo para poder adquirir un producto de la
cesta básica alimenticia y de medicinas tiene que recorrer toda una ciudad en cada Estado del país “a ver que consigue”.
Y los que NO tenemos carro propio, debemos hacer este recorrido en
transporte público o en Metro, para luego llegar a nuestros hogares “aniquilados del
cansancio” todos los días luego de “zapatear” calles, avenidas o bodeguitas
escondidas en un Barrio Adentro para buscar cada día una cosa distinta, porque cuando aparece un producto por pocas horas o pocos
días, desaparecen otros por varias semanas. Es un continuo y agotador juego de
la desequilibrada economía venezolana. Esta Venezuela de hoy NO SE JUSTIFICA ni
tampoco la que tuvimos antes que llegara Chávez al poder. Lo que está pasando
en la Venezuela del 2013, súper millonaria de Recursos Naturales, aunado a una suma de muchos errores estructurales
de la equivocada manera como se ha gerenciado la economía en los últimos 40 años, no tiene EXCUSA bajo
ningún concepto.
Desde el viernes pasado y esta semana por
ejemplo en dos establecimientos de la tradicional y “españolísima- caraqueña”
Parroquia Candelaria (Supermercado UNICASA) y en una cadena de perfumería por
los lares de la esquina de Ferrenquín, las colas para comprar papel toilet daban ganas de llorar amargamente. Pareciera que retrocedimos a los tiempos terribles de escasez de la Europa de la Segunda Guerra Mundial.
Este
viernes 31 de mayo 2013, busqué azúcar y café desde la esquina de Balconcito
(cerca del Ministerio de Educación) hasta la Avenida Fuerzas Armadas, bajando a pié por las esquinas de Maturín, Abanico. Y en el PDVAL (cadena alimenticia del Gobierno) de la
Avenida Fuerzas Armadas los estantes estaban vacíos de productos básicos y
solamente tenían la desaparecida azúcar, y las colas eran súper GIGANTES para tener acceso a 2
Kg de azúcar por persona. En mi caso personal soy enemiga acérrima de hacer
colas desde que tengo memoria y a estas alturas de mi vida muuucho menos.
Prefiero caminar y buscar opciones ante lo que no existe. Me compré este
viernes 31 de mayo por la Avenida Baralt un paquete de medio kilo de papelón
rayado por el altísimo precio de ¡25 bolívares!.Ante la ausencia también del café que hasta este
domingo podremos disfrutarlo al levantarnos en la mañana en mi casa, compré un
paquetico de chocolate en polvo que ya tiene la azúcar incluída y de una marca
que nunca había visto, pero era el menos caro de las opciones existentes en el
lugar donde lo compré. Cuando uno se levanta en la mañana hace falta tomarse
una bebida caliente energizante: O es café como primerísima opción y de una muy fuerte tradición en nuestro pueblo desde los tiempos de nuestro Libertador Simón Bolívar o sustituirlo a “regachadientes” con una tacita de chocolate caliente en el desayuno.
No tenemos idea de cuánto tiempo los
venezolanos podremos volver a comprar
sin angustia, sin estress y en un mismo establecimiento comercial todos
los productos de la cesta básica de alimentos, así como papel toilet, sevilletas y
medicinas luego de las medidas de emergencia que ha implementado el Ministro de
Finanzas, Nelson Merentes conjuntamente con la Presidenta del BCV y que por primera vez en mucho
tiempo, opino que están bien encaminadas por donde están ahorita los grandes
nudos de la economía venezolana. En verdad, que los venezolanos no nos
merecemos estar viviendo el país de
escasez de una nación pobre o en estado de guerra, como la que
tenemos en estos momentos, aunado a una malvadísima inseguridad personal que tiene a los venezolanos resguardados en sus casas apenas anochece.
Las misiones sociales del Gobierno (que son
positivas y deben existir) se desdibujan ante una inflación pavorosa que nos
está devorando. Como mujer, profesional universitaria jubilada con una miseria y jefe de familia me siento acorralada económicamente, pobre del grupo D de la población y CANSADA.
Menos mal que en la zona donde vivo, me tocó
(supongo que provisional como todas las cosas en Venezuela) el Plan de Seguridad
del Gobierno que ha implementado en varias zonas de Caracas que comenzó con
full presencia policial y militar. Y a los motorizados ¡gracias a Dios! los
tienen a “monte” por los momentos: Les piden papeles, les revisan las placas. Por lo menos en
donde están los militares haciendo guardias y alcabalas los motorizados pasan
“derechitos”, sin “malandrear” y con velocidades normales que no pongan en
peligro la vida de los transeúntes.
Y ante tantas penurias que estamos viviendo
los venezolanos, en honor a la verdad es de resaltar que el Centro de Caracas
(Casco Histórico, Plaza Bolívar y alrededores) que todos los días transito, este viernes 31 de mayo
cumplió con éxito su primer año de La Ruta Nocturna Segura. Todo el sector
está bonito, iluminado al atardecer y limpio. Y si hay una mesita en
algunos de los café, chocolaterías del sector vale la pena sentarse en el día
“sin tanto miedo” de que lo roben a uno.(De todos modos hay que estar mosca,
porsia).