viernes, 21 de noviembre de 2008

DESASTRES NATURALES: HACIA UNA INFORMACIÓN DE UTILIDAD PARA LAS COMUNIDADES DAMNIFICADAS...

Consultar página WEB de la Cruz Roja Venezolana: www.cruzrojavenezolana.org





*He considerado oportuno transmitirles la experiencia periodística y la manera cómo fue abordada la información en los casos de desastres naturales que azotaron a Bolivia por el fenómeno natural de "La Niña". Sentimos el compromiso de transmitir estas consideraciones más que nunca, luego de que asistimos el pasado sábado 16 de noviembre al taller COMUNICADORES SOCIALES EN CASO DE DESASTRES dictado por la Cruz Roja Venezolana y promovido por el Colegio Nacional de Periodistas-Seccional Caracas, evento realizado en el Hotel Las Américas (final Av. Casanova).

De ese evento quisiera destacar las vivencias conmovoderas desde el punto de vista humano de los colegas Olga Maribel Navas, Jesús Soriano y Ana María Fernández, a quienes les tocó cubrir respectivamente los eventos del 11,12,13 y 14 de abril, tragedia de Vargas en 1999 y el caso de Armero en Colombia que conmovió al mundo entero: La Tragedia de Armero ocurrió el 13 de noviembre de 1985, cuando aproximadamente a las 11:30 pm, una avalancha del río Lagunilla, ocasionada por la erupción del cráter Arenas del volcán nevado del Ruiz, borró del mapa a la población de Armero, y dejó un saldo aproximado de unos 25.000 muertos, 20.611 damnificados y heridos, muchos de ellos mutilados y gravemente afectados psicológicamente, e incalculables pérdidas económicas (4.400 viviendas, 19 puentes, $1.400 millones del comercio). Ha sido la tragedia de mayor magnitud en la historia de Colombia.

En el magnífico seminario al cual asistimos conjuntamente con un nutrido grupo de periodistas venezolanos, los voceros de la Cruz Roja Venezolana se pusieron a las órdenes de los periodistas el doctor Bongionni, Carlos Alvarado y José Gómez Pinto. A quienes pueden contactar cuando las circunstancias lo amerite a los teléfonos: 578 26 11/ 578 0854/ 578 25 16/ Página WEB: www.cruzrojavenezolana.org. Dirección: Av. Andrés Bello Nro 4, Edificio Cruz Roja Venezolana. Distrito Capital.


EXPERIENCIA PERIODÍSTICA BOLIVIANA POR GRAVES INUNDACIONES POR LLUVIAS EN FEBRERO DE 2008

MARTES 26 DE FEBRERO 2008:

Hasta hoy existen en Bolivia 52 muertos y alrededor de 50 mil familias afectadas directamente por el fenómeno natural de “La Niña”. El desastre, que tiene a varias ciudades al borde de la inundación y a miles de familias que han perdido sus viviendas instaladas en carpas provisionales, amerita el máximo esfuerzo de todos los actores involucrados para paliar los efectos del problema y para contribuir a la reconstrucción de las comunidades afectadas.

La información periodística juega un rol fundamental en este contexto.La magnitud del desastre puso en evidencia las carencias y falta de previsión tanto del Estado boliviano en sus diferentes niveles como de la propia sociedad civil para enfrentarlo y mostró la necesidad de contar con información útil para facilitar la reacción organizada de la población damnificada.


El ONADEM el año 2007 analizó cómo fueron presentadas las noticias sobre las inundaciones provocadas por el fenómeno de “El Niño” en tres periódicos de distintas regiones (“La Razón” de La Paz, “La Palabra” del Beni y “El Deber” de Santa Cruz) y cuál fue la opinión respecto a este tema en sus editoriales. Por la vigencia de los resultados de ese trabajo en el contexto actual se ha considerado necesario volver a difundir sus resultados.

El objetivo de la investigación fue realizar un análisis interpretativo sobre la cobertura a las inundaciones en el oriente boliviano a partir de temas, protagonistas y posiciones encontrados en las notas informativas publicadas en los periódicos señalados. Se trabajó con noticias y editoriales publicados entre el 18 de enero y el 18 de marzo de 2007.

La información publicada en esos tres periódicos sobre las inundaciones en el oriente boliviano en el primer trimestre del año 2007 no resultó suficiente para entender las causas y consecuencias del desastre natural. Las noticias tuvieron un enfoque centrado en la canalización de las donaciones y en los daños materiales que se registraron.

La distribución de la ayuda recibida por los damnificados y las pérdidas económicas fueron los temas principales de las noticias. Los daños materiales tuvieron mayor espacio que los daños humanos en la cobertura informativa. Las informaciones tuvieron como fuentes principales las declaraciones de autoridades nacionales y en menor medida de las departamentales. Los miembros del Poder Ejecutivo fueron la primera fuente en el 30% de los casos, seguidos de los prefectos y funcionarios prefecturales, que fueron la primera fuente en el 10% de los casos.


Los damnificados por el desastre natural fueron presentados en las informaciones como víctimas aisladas, sin mostrarse sus relaciones barriales/comunales ni las organizaciones sociales a las que pertenecen. Se informó sobre las poblaciones y comunidades afectadas y también se publicó historias sobre dramas individuales o familiares.

Los empresarios (llamados también productores o ganaderos) estuvieron como primera fuente en el 7,7% de los casos. Los alcaldes fueron primera fuente en el 6,3% de los casos. Los representantes de pueblos indígenas, campesinado y juntas vecinales significaron el 3,8% de las primeras fuentes. Se presentó como sujetos de la información a las “autoridades donadoras”, mientras que los “damnificados” no fueron protagonistas de las informaciones sino más bien receptores pasivos de la ayuda.

En este tema de elevado interés social y humano que requería un tratamiento informativo especializado, el trabajo periodístico se realizó con la misma técnica y rutina aplicada para cubrir un conflicto “político” y con el mismo enfoque de disputa de poder entre autoridades nacionales, departamentales y locales.


Al respecto de la población damnificada, al momento de reportar este tipo de fenómenos naturales, es necesario tener presente que se trata de colectivos organizados (al menos parcialmente) y no de población desarticulada. No se ha concebido en las informaciones a los damnificados como sujetos con capacidad de canalizar la ayuda recibida en coordinación con los órganos públicos y privados o de tomar decisiones dentro de las organizaciones a las que pertenecen respecto a las medidas preventivas o paliativas necesarias ante el desastre natural que les afectaba directamente.


No existieron prácticamente notas centradas en prevención o educación ciudadana sobre desastres ni notas que analizaran las causas de las inundaciones o las futuras consecuencias de las mismas. Sin embargo, hubo casos en los que estos temas fueron abordados dentro de las notas de manera secundaria. El tratamiento de la información en los medios estudiados fue insuficiente para mostrar el aspecto humano y drama social que ocasionaron las inundaciones.

Es necesario tener presente la importancia de la información en situaciones de desastre, porque la población afectada necesita orientaciones que le permitan tomar acciones inmediatas para protegerse y proteger a los suyos.


Los medios pueden contribuir a salvar vidas con la difusión de información útil y oportuna a las comunidades afectadas. También pueden aportar a la organización de la sociedad civil en situaciones de desastre y a la coordinación de acciones con las autoridades correspondientes, empezando por tareas de prevención.


El de la información es un trabajo que no sólo involucra a los periodistas, sino a las autoridades de todos los niveles e instituciones especializadas. Hay mucho que aprender de experiencias de otros países en este tema.
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lunes 18 de febrero de 2008

La ética de la comunicación: aspectos para evitar su trasgresión

Por Ramón Fernández Reyes*

La trasgresión a la ética de la comunicación, específicamente por intermedio del periodismo sensacionalista, requiere una serie de instancias que puedan llevar a una mejora actual, del periodismo y, por ende, de la sociedad en general.

Inicialmente es necesario manifestar que se requiere del soporte de la legislación (entendida ésta como la aplicación de las leyes sobre los tópicos vinculados al área mencionada). Sin embargo, es preciso aclarar lo siguiente con referencia al fuero legislativo y su relación con la ética:

"... toda legislación sobre las actividades que corresponden a los diversos ámbitos de la información y la comunicación social es relativa, porque supone y exige la búsqueda constante de una coherencia con la dignidad de las personas y con el desarrollo integral del ser humano". [1]

El elemento jurídico precisa del repaso ético y moral del tema revisado, antes que nada, para poder establecer elementos de juicio que le permitan legislar el ámbito de la información y el de la comunicación, pues la base de ambos es el hombre, que debe ser estudiado e interpretado desde su dignidad y factores de índole moral.

Las transformaciones paulatinas de los valores se verán determinadas por la influencia, entre otros, de los mensajes del periodismo, que muchas veces hace énfasis en aquello que no es noticiable, es decir, lo irrelevante, inclusive, deja de lado la protección de los individuos y sus derechos humanos, ya sea por intereses políticos y económicos o simplemente porque los periodistas no se rigen bajo códigos deontológicos capaces de someter el poder de los medios de información a un equilibrio entre el periodista y los sujetos del hecho informativo.

A partir de esto, resulta necesario plantear que la base para un adecuado acto informativo, además de lo mencionado antes, es la autoevaluación moral del periodista con relación al respeto y protección de los individuos y sus derechos humanos.

La situación de los códigos deontológicos impulsa una revisión estricta de éstos para que se controle de alguna forma el accionar de los periodistas con relación a las situaciones en las que pueden atentar contra el respeto a los sujetos de los hechos informativos, además del respeto a los receptores de mensajes. De acuerdo a la afirmación de Jacques Leaute, con relación a la importancia de la moral individual de cada periodista, comparada con los códigos deontológicos, se expresa lo siguiente:

"…la ética y más aún, las leyes sobre la prensa, no son sino elementos secundarios,frente a la moral individual. No se podría decir que las leyes, ni los códigos de honor son esenciales para la buena conducta de los hombres de alta calidad moral. Estas leyes y estos códigos son únicamente un inventario global de la conducta a seguir, comparados con los códigos personales que los hombres de calidad se forjan a sí mismos, poniéndose ellos mismos los límites de lo que está permitido y lo que no lo está. Un periodista de calidad, pues, no tiene necesidad de otras reglas fuera de lo que su propia conciencia le dicta, particularmente en los casos difíciles, que le obligarán a arriesgar su comodidad, su libertad, y a veces, su vida. Se trata, pues, de forjar esta conciencia individual. La única reserva que se puede observar frente a este movimiento contemporáneo en pro del desarrollo de la deontología profesional es que no se acentúa suficientemente el hecho de que la clave de todas las soluciones es la conciencia individual. Esta especie de "tabla de ley", para los creyentes está ligada a su religión, y es por lo tanto fácilmente de determinar...". [2]

Leaute plantea con solidez que los códigos deontológicos periodísticos están en una situación secundaria con respecto a la moral individual del periodista, pues, son planteamientos generales del debe-ser de la profesión, que no se comparan en nada a los códigos personales que los periodistas de calidad aplican a su accionar fundamentados en su propia conciencia, durante el desarrollo de su trabajo. El recurso fundamental para crear una deontología correctamente planteada, parte de forjar una conciencia individual en los periodistas, sustentada en sus principios personales de vida y que puede estar basada, con fortaleza, en su creencia religiosa, la educación y formación adquirida en el hogar, la escuela, la sociedad. La pregunta es: ¿los periodistas cuestionados en este artículo están capacitados para autoevaluarse, siendo ésta una opción subjetiva?

Al respecto del comportamiento ético-moral, los valores y su peligro de transformación, será menester suscribirse a los siguientes aspectos para vivir en sociedad:

1) “La crítica, como instrumento de análisis de la realidad que nos rodea y para cambiar todo lo que sea injusto.
2) La alteridad, que nos permite salir de nosotros mismos para establecer unas relaciones óptimas con los demás.
3) Conocer los derechos humanos y respetarlos.
4) Implicación y compromiso. Es la parte activa, evita que los otros criterios queden reducidos a una simple declaración de buenas intenciones". [3]

Además se requiere la intervención de los tribunales de honor cuando exista una trasgresión a la ética. Vivanco Martínez plantea finalmente: "El evitar el sensacionalismo en los medios, el que sólo conduce a la utilización de la información para aprovecharse del público en vez de para cumplir el deber informativo con él, tiene que ser afrontado desde diversos ángulos. Uno de gran importancia es el control ético de los medios, ya sea de parte de colegios profesionales o de otros organismos,...". [4] Y deberían ser los colegios de comunicadores los que intervengan a favor de lo “correcto” y con la finalidad de cambiar la actitud sensacionalista.

Con relación a los valores y el problema de la transformación de éstos a partir de los mensajes periodísticos, cabe preguntarse: ¿Cuál es el ideal en la categorización de valores? La respuesta será: siempre el principio del bien común desde el planteamiento de que el hombre vive una vida buena en constante relación con otros, en otras palabras: con estar (estar con), con saber (saber con), que es igual a la comunicación en su amplia expresión, garantizando la convivencia del ser humano y la difusión de informaciones verdaderamente relevantes. Esto no es otra cosa que la intersubjetividad. [5]

* Director de la Carrera Ciencias de la Comunicación, Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
Fuente: ONADEM
Observatorio Nacional de Medios Bolivia
Página web Onadem
Fundación Unir Bolivia