viernes, 8 de enero de 2010

LÀMPARAS DE KEROSEN,LINTERNAS Y VELONES HERMOSOS PARA SOBRELLEVAR CON ELEGANCIA Y SIN MIEDO...LOS APAGONES EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XXI...

Compré mi lista para vencer las muchas noches oscuras que tendremos que enfrentar los venezolanos por laaargo tiempo: 2 lámparas de Kerosén, un gran bombillo blanco que prende con 6 pilas alcalinas y dos candelabros bien bonitos de hierro forjado en negro...
¡Los velones tampoco pueden faltar en nuestra lista de compras para sobrellevar los muchos apagones en Caracas y en todo el país por muuucho tiempo!

Este viernes 8 de enero 2010 caminè MUUUCHO entre La Candelaria, Bellas Artes, Avenida Urdaneta, Parque Central, Plaza Venezuela y Sabana Grande, buscando làmparas de aceite o de kerosen, velones y linternas que iluminen mis noches oscuras cuando se va la Electricidad ¡a cada rato! en nuestra capital.

Es una GRAN BURLA que con tantos apagones y con un servicio eléctrico cada vez peor, los recibos de la Electricidad son cada vez màs caros.

Para mí fue una GIGANTESCA IRONÍA que en la Venezuela del Siglo XXI en vez de hacer mercado de comida o de medicinas para mi casa, o arreglar el microondas que se me dañó hace tres semanas (por culpa de los apagones), tuve que buscar este viernes 8 de enero, lámparas de Kerosén o de aceite.

Fui para muchas tiendas donde pudiesen vender artículos para campamentos de playa o de montaña, pero en verdad que los precios no eran nada solidarios para mi arruinado bolsillo de periodista al servicio de la quebrada y golpeadísima Alcaldía Metropolitana de Caracas (en trànsito legal-laboral como otros tantos funcionarios de la desaparecida Gobernación de Caracas para la Alcaldía de Jacqueline Faría).

Cada vez que revisaba los precios de estas especializadas tiendas de camping me daba un “ataque de locura” y me decía: ¡No puede ser, que los venezolanos estemos dándole golpes como una piñata a nuestros maltratados salarios para comprar lámparas y candelabros como en la época de nuestro Libertador Simón Bolívar...!. Sin agregar las linternas y las pilas alcalinas que están bien caras.

A medida que entraba y salía de las ferreterías, bazares, tiendas de camping para preguntar por las muy codiciadas lámparas de Kerosén o de aceite, la gente inmediatamente se dirigía a mí para decirme o comentar: ¡Hasta donde hemos llegados los venezolanos. Hemos regresado al siglo XVIII. En vez de ir hacia delante, vamos para atrás como en el cangrejo!... ¿Y esto también es culpa del Imperio o de los paracos?.

Decidí desde hace un buen tiempo “no amargarme” por las muchas carencias que cada vez más se profundizan en Venezuela. En mi recorrido de muchas horas de hoy para buscar presupuestos y poder hacer mis compras para vencer a la OSCURIDAD, me sentaba 10 o 15 minutos para tomarme un jugo Yukery de mango con un pastelito andino, en el Centro Comercial Galerías Ávila (entre La Candelaria y San Bernardino), luego dos horas después un cafecito con ponquè aderezado con un acetaminofen de 650 mg en el Centro Comercial City Market de Sabana Grande. ¡Ya no podía ni con mi alma del cansancio!

Luego de tanto buscar y buscar, preguntar y preguntar por más de 5 horas, conseguí lo que quería y sin los precios dolarizados de famosas marcas en el área de los camping, en una tienda de mil “miriñaques” entre el Gran Café y el Banco Venezolano de Crédito del boulevard de Sabana Grande.

Esta fue mi lista para vencer las muchas noches oscuras que tendremos que enfrentar los venezolanos por laaargo tiempo: 2 lámparas de Kerosén, un gran bombillo blanco que prende con 6 pilas alcalinas, dos candelabros bien bonitos de hierro forjado en negro (cada uno para colocar tres velas aromáticas), dos linternas. ¡FELIZ CON MI COMPRA y de paso como premio por este hallazgo del siglo XVIII en la Venezuela del Siglo XXI me disfruté un riquísimo capuchino en el GRAN CAFÈ de Plaza Venezuela.

Pero el hallazgo tuve que concretarlo con la compra de una botella de Kerosén y una de aceite de parafina, más metro y medio de mecha tejida en pabilo para las lámparas en tres lugares distintos ¡TAMBIÈN!, entre la Parroquia San Pedro y la Parroquia El Valle.

¡Uff llegué súper cansada a mi casa pero con una sonrisa grandota por haber hecho de una diligencia antipática, un gran paseo por toda Caracas para retroceder en mi imaginación a las necesidades básicas y vivencias del siglo XVIII! ¡Hasta me vi vestida con un gran vestido laaargo color ocre con armador en un vals con elegantes caballeros y hermosas damiselas que bailaban iluminadas con muchos candelabros en la gran hacienda de Don Diego de la Vega (El Zorro).

¿Dónde podrè conseguir un televisor con pilas alcalinas?...ja, ja, ja…¡Que nadie, pero nadie, nos amargue la existencia…NO lo podemos permitir!