domingo, 9 de mayo de 2010

A LAS MADRES OLVIDADAS… Y A LA MADRE PROSTITUTA QUE GRADUÒ A SU HIJO DE MÈDICO HACE 24 AÑOS….

Mi solidaridad por el inmenso amor de una madre prostituta de un burdel del Terminal Nuevo Circo de Caracas que hace màs de 20 año todo lo sacrificó para graduar a su hijo de mèdico...
Un relato de la vida real de un día cualquiera del mes de octubre de 1985, durante un operativo policial de la PM en el Centro de Caracas y la Avenida Baralt...
UN RELATO DE LA VIDA REAL

Por Paula Giraud/ email: paulagiraud@gmail.com

Hoy domingo 9 de mayo y todos los días del año, quiero rendir mi admiración a las madres olvidadas en la distancia que tuvieron un día que partir por mil maravillosas o tristes razones y abandonar a sus hijos para protegerlos de sí mismas o para trabajar duro y mantenerlos económicamente en el anonimato con el corazòn roto.

Mi respeto y admiración por la madre prostituta que conocí como periodista en un prostíbulo de “mala muerte” en la década de los 80 en los alrededores del lúgubre Terminal de Pasajeros del Nuevo Circo de Caracas y graduó a su hijo de médico en la UNIVERSIDAD DE LOS ANDES hace más de 20 años

La Madre Prostituta que todo lo sacrificó
para graduar a su hijo de mèdico


Esta pequeña y dramática historia siempre la recuerdo por lo que me "marcó" un día cualquiera el mes de octubre del año 1985. Acompañaba en un operativo de supervisión de prostíbulos al Segundo Comandante de la Policía Metropolitana. Coronel (GN) Domingo Hernández y al Jefe de Inteligencia de esa institución, Coronel Caballero, quien luego en el transcurrir de los años fue Comandante General de la Guardia Nacional. De ambos militares recuerdo su sensibilidad social y actuación honesta para desempeñar con honor su divisa.

En ese día de octubre de 1985 que me “llegó” muy hondo a mi corazón, recuerdo a un prostíbulo “pobre” al cual acudían obreros, chóferes, buhoneros, camioneros y algunos de muy mal aspecto (como recién salidos de la cárcel). Era una casa vieja con techos de zinc, paredes pintadas de verde claro. Estaba dividida en cuartuchos en forma lineal, tenían cada una ponchera de agua con una jarrita de peltre y una cortina roja como puerta.

En ese melancólico lugar me llamó la atención una pared completa “atapuzada” de papel toilet Maracay (el ordinario). En una fila había muchas mujeres que caminaban con poca ropa y en otra fila hombres “sudorosos” del duro trabajo que les tocaba desempeñar diariamente.

En la fila de mujeres que se “mostraban” al mejor postor, había una señora madura con el cabello canoso con apariencia de AMA DE CASA. La apariencia de esta señora y verla en ese lugar me golpeó la vista y mis sentimientos de ese mundo oscuro que no conocía de cerca, cargado de tragedias humanas a nivel personal.

En el transcurso del operativo policial de la PM desde las once de la noche hasta el amanecer a una decena de prostíbulos y de centros nocturnos en el Centro de Caracas y de la Avenida Baralt, me sentè a conversar con la señora madura y cabello canoso que de noche era prostituta (a pesar de su edad no tan jóven) y de día una invisible Ama de Casa, sola con 2 hijos y con poca preparación para tener un buen trabajo o “RESPETABLE” que le permitiera criar a sus hijos y graduar a su hijo mayor de médico en la Universidad de Los Andes (ULA).


Recuerdo que me dijo entre otras tantas cosas: “Mi hijo mayor ignora que yo trabajo de prostituta por las noches para que pueda cumplir su gran sueño de ser mèdico y en un año se me gradúa con altas notas. Quise que se graduara en la ULA, en el Estado Mèrida. El pago de una residencia, su manutención diaria, el costo de los libros que deben comprar cuestan mucho dinero. Para mis conocidos y mis hijos trabajo de noche como obrera en un hospital.”

Me contaba esta maravillosa madre anónima, que por varios años el padre de sus hijos la maltrataba físicamente y verbalmente cada vez que llegaba a la casa en estado de embriaguez. Un día se obstinó de tanta violencia doméstica y de soportar tantos atropellos por el dinero que a duras penas llegaba al hogar. Por varios meses de “puya a puya” le robaba dinero al marido ebrio cuando se quedaba dormido y lo guardaba en una lata de Avena Quaker que escondía entre los trastos de la cocina.

De día cuando el marido no estaba, empezó a buscar pensiones y casas de vecindad en la Parroquia San Agustín, donde pudiera irse a vivir con sus dos hijos. Consiguió el lugar y un día cualquiera el marido no la consiguió en su casa. Cambió a sus hijos de colegio (público). A pesar de su poca formación escolar esta madre anónima y prostituta por 8 años, trazó con gran inteligencia su plan de fuga de un hogar en que la violencia doméstica era el pan de cada día, y sin que las autoridades o las leyes hicieran nada para protegerla a èlla y a sus hijos. Lo mismo hoy que ayer. Nada ha cambiado.

La vida por varios años no le fue nada fácil a esta madre anónima y prostituta por 8 años. Todos sus gigantescos sacrificios por encima de su dignidad humana, se vieron compensado con creces el día que su hijo se graduó de médico y hoy es un excelente profesional con varios postgrados. Hasta la fecha de hoy, èl nunca llegó a saber que su madre había sido prostituta en un burdel de mala muerte en los alrededores del Terminal del Nuevo Circo de Caracas para poder graduarlo de mèdico. Su otro hermano se graduó como profesional universitario y tambièn ha sido éxitoso en su carrera.

Hoy quiero ofrecer mi admiración por esas madres venezolanas que hacen gigantescos sacrificios para llevar solas a sus hijos adelante, y que a veces la sociedad convencional “juzga” sin conocer las tragedias personales que las lleva a tomar decisiones que a èllas mismas las violenta en sus YO MÀS ÍNTIMO pero que por encima està el sagrado compromiso de darles una mejor vida a sus hijos.