sábado, 11 de octubre de 2008

"LOS RETOS DEL PERIODISTA ANTE LAS BARRERAS VISIBLES E INVISIBLES DEL PODER"...

Manuel Isidro Molina, Araure, octubre 2008
Transcribimos la ponencia en la Universidad Fermín Toro (Portuguesa) del colega Manuel Isidro Molina, la cual fue expuesta ante numerosos docentes y alumnos, conjuntamente con la presencia del CNP-Seccional Portuguesa, e igualmente otros colegas de esa importante región de nuestro país.

MANUEL ISIDRO MOLINA:

...Pertenecemos a una comunidad globalizada, cada día más dinamizada por el increíble enjambre científico-tecnológico que constituye el corazón del sistema comunicacional contemporáneo. Pero debemos reconocer auto-exigentemente, que el cerebro de ese sistema seguimos siendo los seres humanos, en nuestro caso especialistas universitarios en formación o dedicados al ejercicio profesional del periodismo, con el compromiso de servir cada día mejor a nuestra comunidad local, regional, nacional o global.

El campo para el ejercicio profesional de los periodistas es casi infinito, tanto como diversa es la vida misma. Somos simultáneamente testigos, intérpretes y catalizadores de todas las actividades humanas, hoy con herramientas tecnológicas que jamás imaginaron nuestros maestros, hasta la década de los años setenta del siglo pasado, hace apenas cuarenta años. Lo que para los jóvenes de hoy no son más que bondades de una vida acelerada e incesante, atiborrada de novedades tecnológicas en el ámbito comunicacional, fue una discutida incógnita que el investigador canadiense Marshall McLuhan logró advertir premonitoriamente, por supuesto sin conocer la Internet o estar al tanto de las potencialidades de la fibra óptica, ni el desarrollo exponencial de las telecomunicaciones y todas las deslumbrantes aplicaciones de la telemática al desarrollo actual de los medios de comunicación social.

Recordemos en este instante, que la Internet comenzó su despliegue mundial en los años ochenta. Grandes maestros del periodismo venezolano de la segunda mitad del siglo veinte, como Miguel Otero Silva
[2] o Héctor Mujica (3) –fallecidos al término de caminos vitales estrechamente vinculados al pueblo venezolano- se asombrarían con todo el instrumental disponible hoy, y la capacidad de transmisión de textos, imágenes y sonidos desde y hacia cualquier rincón de nuestro planeta, sea por conglomerados empresariales, entes públicos, redes sociales o iniciativas personales.

Muchas veces, no advertimos, por ejemplo, que la telefonía celular comienza con los “ladrillos”
[4] de Motorola en 1983, hace apenas veinticinco años; que es a finales de los años noventa cuando los teléfonos celulares se expanden masivamente por el mundo. Sólo en Venezuela, hoy contamos con unos veinticinco millones de teléfonos celulares, lo que promedia casi uno por persona, si tomamos la cifra de 28 millones de habitantes que recientemente estimó oficialmente el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Escapa a la naturaleza de esta conferencia, insistir detalladamente sobre la evolución acelerada de las innovaciones tecnológicas en los medios de comunicación
social impresos y radioeléctricos (radio y televisión), así como lo relativo a las aplicaciones multimedia en Internet, tan penetrantes y veloces que ya han desatado una profunda polémica sobre “la muerte de los medios impresos” y muy especialmente, a mi juicio, sobre la naturaleza unidireccional de los mensajes de la prensa, la radio y la televisión, que hasta la aparición de esa especie de fiebre de los internautas, monopolizaban la búsqueda, el procesamiento y la difusión de las informaciones: hoy, los medios interactivos de la Internet permiten que cualquier persona acceda a la red y difunda una novedad, niegue o rectifique una información considerada inexacta, hasta reventar las barreras visibles e invisibles de la censura. Además, fuera del periodismo, la Internet se ha convertido en un espacio virtual rico en información y acceso libre al conocimiento, como nunca antes lo había permitido medio alguno.


“La prensa sin Gutenberg”[5]

Comprender este proceso es el reto principal de los periodistas profesionales contemporáneos, los estudiantes de comunicación social, sus profesores e investigadores en universidades públicas y privadas. No podemos dejarnos deslumbrar por la tecnología, y dejar de interpretar acertadamente lo que está ocurriendo. En otras palabras, estamos retados a conocer lo que está ocurriendo: esencialmente una ruptura de paradigmas en una fase de aceleración de la “sociedad del conocimiento”, en la cual la formación intelectual es base fundamental de todo buen periodista, de toda buena periodista, quienes también tienen la inevadible obligación de conocer y operar los nuevos y cambiantes instrumentos tecnológicos de la comunicación social.

Los bien capacitados y experimentados periodistas europeos Jean-Francoise Fogel y Bruno Patiño han planteado el problema de “El periodismo en la era digital” en su libro “La Prensa sin Gutenberg” (2008), edición castellana de su original en francés publicado en 2005 ( “Una presse sans Gutenberg”). Se puede polemizar con ellos, pero en esencia se trata de un libro novedoso y estimulante. Podría decirles que es de obligatoria lectura y referencia válida para comprender el proceso que nos involucra y, a la vez, nos amenaza como profesionales.

Diría entonces, que es tan importante una exigente y permanente formación intelectual, como el conocimiento de la naturaleza de los nuevos recursos tecnológicos y sus aplicaciones. Y quiero insistir ante este especialísimo auditorio, en que el conocimiento de las ideas, la historia, la cultura y los desarrollos sociales, el óptimo manejo del lenguaje y la actualización permanente de nuestra formación intelectual son y seguirán siendo la esencia y la diferencia en el periodismo: estudiar consistentemente es misión básica de todo universitario, cultivar el espíritu y capacitarse para servir cada vez mejor a nuestra sociedad. El manejo de las herramientas tecnológicas modernas –sorprendentes, sin duda- no sustituye la capacidad intelectual del periodista, así como la máquina de escribir, el micrófono o la cámara televisiva nunca sustituyeron al ser humano, al profesional formado en valores y conocimientos. Siempre, nuestro intelecto hará la diferencia, será la clave de la distinción, el centro de atracción de lectores, oyentes, televidentes e internautas, a fin de cuentas los destinatarios y validadores de nuestro ejercicio profesional. No por casualidad, Fogel y Patiño lo afirman a su manera, insistiendo en una de las características relevantes de la Internet:

“El internauta es el único que controla su navegación. Sólo él decide la sucesión de páginas y sitios que componen… el recorrido que ni él ni nadie más, probablemente, repita nunca.”

A mi juicio, eso siempre ha ocurrido con las preferencias de los destinatarios de los medios de comunicación social, nunca pasivos, siempre exigentes, cada quien a su manera y por sus motivaciones. ¿Por qué tantos periódicos diferentes tienen lectores y lectoras diferentes? ¿No ocurre lo mismo con los programas de radio y televisión? Y en la generalidad de los casos, esa preferencia está dada por la capacidad intelectual y las destrezas técnicas de los emisores, cada día equipos más complejos y multidisciplinarios. ¿Cómo imaginar una excelente entrevista, atractiva y sustanciosa, o un buen programa televisivo o radial, un portal informativo en Internet, sin capacidad profesional, formación intelectual ni destrezas técnicas?


Las primeras barreras ...

Quiero significar, a esta altura de mi exposición, que la ausencia de formación intelectual y el escaso manejo de los recursos técnicos disponibles son las dos primeras barreras “invisibles” que debe vencer el periodista profesional. ¿Si no sabes de qué se trata, cómo escribes y difundes?

Todo buen periodista es un trasgresor de las barreras visibles e invisibles del poder, cualquiera sea su naturaleza.

Estamos destinados a ir contra la corriente o, en todo caso, a realizar una labor cotidiana pensando más en los derechos sociales y culturales de los ciudadanos y ciudadanas, de la sociedad toda, plural y diversa, que en los intereses de los propietarios de medios privados o gerentes de medios públicos (los gobernantes no son “dueños” de los medios públicos, pertenecientes al conjunto diverso de la sociedad) y que en los intereses de las fuentes informativas.

No existe buen periodista que no sea independiente en su ejercicio profesional. Esta afirmación no desdice de las filiaciones profesionales, religiosas o ideológicas, ni de los compromisos laborales, siempre y cuando no sean desnaturalizadas la condición ética y la responsabilidad social del periodista. Un buen periodista nunca se vende, no se ata, no se entrega acríticamente a las directrices e intereses de quienes detentan las palancas del poder. Los límites están delineados por nuestra formación intelectual y ética, la capacidad para discernir con equidad en medio de los conflictos sociales, políticos, económicos y culturales de la sociedad (local, regional, nacional y mundial). Y, seguramente rompiendo, a cada paso habrá de tomarse la decisión de publicar o callar, difundir o autocensurarse, denunciar o aceptar la censura; servir honestamente a la sociedad o negarle su derecho a estar informada oportuna y verazmente.


Mayores responsabilidades ...

En la medida que se ha ampliado la ahora interconectada red mundial de las comunicaciones y la información, los retos del periodista ante las barreras visibles e invisibles del poder, van en aumento por estar sumergidos y cada vez más exigidos dentro de una cápsula que viaja a la velocidad de la luz. La vieja información “centralizada” está dejando de existir, la verdad y la diversidad le compiten por todas partes y a cada momento:

El periodismo de la era digital se encuentra en el polo opuesto: descentralizado, interactivo, abierto, innovador. Se respira otro aire…” afirman los autores de La Prensa sin Gutenberg. “Ese nuevo universo –agregan- es el de los mensajes instantáneos, el de la comunicación en cualquier lugar y en todo momento, dentro de un paisaje que prolifera, y aparece parcelado en terminales de ordenador, consolas de videojuegos, asistentes personales inteligentes, teléfonos móviles, pero también cada vez más en revistas, cadenas de televisión y de radio, que nunca antes existió”.

Noten que Fogel y Bruno escribieron este texto en 2005: no existía el acoplamiento de la telefonía móvil a la Internet; todavía no estaban en el mercado los sistemas de dispositivos móviles “BlackBerry”, “IPhone”, “HiPhone” y sus similares.

Aunque vayamos a saltos, tecnológicamente hablando, las nuevas herramientas comunicacionales y su amplísimo mundo de posibilidades, son también un nuevo mundo de responsabilidades para los profesionales de la comunicación social.


Las barreras del poder ...

Siempre tendremos en torno a nosotros, lo que podríamos llamar círculos concéntrico de los factores de poder, entendidos éstos como los grupos capaces de articular redes de fuerza para ejercer influencia determinante y dominar espacios o tendencias en la sociedad.


Tradicionalmente son aceptados como tales los partidos políticos, la administración pública, las iglesias, las fuerzas armadas y las policías, los sectores económicos, sindicales y profesionales, grupos sociales y étnicos, los medios de comunicación social, las universidades y los especialistas generadores de conocimiento (ciencia y tecnología), etc.

Permítanme agregar los “factores de poder” asociados a la delincuencia: las mafias de la corrupción administrativa, el narcotráfico, robo de vehículos, secuestros y extorsión, la corrupción policial y militar, etc. Se imaginan, por qué:

El ejercicio profesional del periodismo y la dinámica misma de la comunicación social están sometidos a la acción de los factores de poder legales e ilegales, cada vez más entremezclados hoy, en la sociedad venezolana y a nivel internacional.

Por una parte, se percibe el impacto del abuso del poder público contra periodistas, propietarios y gerentes de medios de comunicación social. En el caso venezolano, desde los insultos presidenciales por radio y televisión hasta el hostigamiento “institucional” mediante inspecciones fiscales en empresas y sobre personas naturales, o mediante el maltrato de los agentes de identificación y extranjería en los aeropuertos, como ha sucedido muy recientemente. Su intención –hasta ahora frustrada- es la intimidación.

El cerco económico-publicitario desde los entes públicos es otra modalidad, prácticamente oficializada en Venezuela.

Demandas por difamación e injuria contra periodistas. En esto han sido muy activos personeros oficiales y empresarios-testaferros incursos en presuntos manejos mafiosos de corrupción administrativa.

Agresiones físicas contra periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos en espacios públicos donde se han producido importantes hechos políticos y sociales de confrontación y protesta.

Secuestro sectario de los medios radioeléctricos públicos por parte del gobierno, hasta convertirlos en cajas sonoras de propaganda política oficialista, con la exclusión casi total de los factores de opinión distintos a los gubernamentales.

En fin, el gobierno venezolano ha venido estructurando un sistema oficial de información unidireccional, sectario y excluyente, que contraría el espíritu pluralista de la Constitución
[6] y específicamente sus artículos 57 y 58 referidos a la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información:

Artículo 57. Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa.
“Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades.


Artículo 58. La comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como a la réplica y rectificación cuando se vea afectada directamente por informaciones inexactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral.”

Censura y auto censura ...


Si bien la censura está correcta y claramente prohibida en ambos artículos, en la realidad venezolana actual se la aplica mediante mecanismos viciados, desde el Estado y desde otros factores de poder legales e ilegales, lamentablemente.


La principal y más vasta manera de censurar el libre flujo informativo es la impuesta por la política gubernamental:


1.- Cierre de las fuentes informativas, incluyendo la prohibición del acceso de los equipos periodísticos de medios independientes y opositores a actos de gobierno y oficinas públicas. Además está la prohibición que pesa sobre los funcionarios públicos “para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades”, lo que niega la letra de la Constitución.


2.- Negación de respuesta oficial franca a cualquier denuncia contra políticas públicas erradas, mal funcionamiento de servicios públicos, actos delictivos contra las personas (altos niveles de asesinatos, secuestros, atracos, etc.) y hechos de corrupción administrativa. Invariablemente, los funcionarios gubernamentales se silencian ante los periodistas o intentan descalificar las denuncias e informaciones adversas.

Mentiras y medias verdades ...


Así, mentiras y medias verdades son moneda corriente en Venezuela. Lamentablemente, no sólo en el ámbito estatal, porque esa práctica es común en los otros factores de poder “legales”, cuyos dirigentes esconden hechos, nombres y cifras, cuando de situaciones adversas se trata. Esto hay que reconocerlo, por encima de la diatriba política diaria.


Quiero compartir con ustedes, una muy delicada conclusión:


En Venezuela campean la mentira y las medias verdades, lo que nos hace campo fértil para el desarrollo de verdaderas mafias que han enervado las instituciones públicas y vastos sectores sociales, económicos y laborales.

Tal vez esta sea la más formidable barrera contra el libre y probo ejercicio profesional del periodismo.


Si no, ¿cómo se explica el vertiginoso impacto de la delincuencia, entre nosotros? Y cuando habla de delincuencia no hago distinción entre corrupción administrativa y narcotráfico, por ejemplo, cuyos actores utilizan idénticos mecanismos para el lavado del dinero sucio que trafican nacional e internacionalmente. Ambas mafias corrompen funcionarios, sobornan, de alían con abogados, policías y jueces corruptos para burlar la justicia, lo que los emparenta en cuanto a su corresponsabilidad en el derrumbe ético de la nación.

Ningún buen periodista puede callar ante esta tragedia nacional. Debemos combatir enfrentando a las mafias delictivas y a quienes abusan del poder, para desarticular sus barreras y permitir que la sociedad fluya decente y dignamente.

¿Quiénes controlan los medios?


Si las mafias han penetrado las más diversas áreas de la sociedad venezolana, hoy bajo su control, luce ocioso pensar que los medios de comunicación social han sido la excepción. Como “factor de poder” los medios de comunicación social son tan apetecibles como gobernaciones, alcaldías, cargos parlamentarios o cuentadantes en ministerios y empresas del Estado. Y es lo que ha ocurrido:

Una pléyade de “empresarios” que han prosperado bajo el paraguas de los recursos públicos nacionales, regionales y municipales, son ahora propietarios de medios de comunicación impresos, radiales o televisivos. No daré nombres de personas y empresas, para no incomodar, pues para mí lo importante es destacar que los delincuentes no tienen carnet político, delinquen y así agreden y amenazan potencialmente a la sociedad.


Entonces, parte de las barreras “invisibles” del poder están dentro del circuito comunicacional, y no es poca cosa. Les pido meditar al respecto, tomando en cuenta que uno de los elementos de mayor mediocrización del flujo informativo –en Venezuela y en cualquier parte del mundo- es precisamente la tenencia mafiosa de medios de comunicación social. Esa tendencia, en mi criterio, hay que comenzar a revertirla, sin detenernos en los apellidos políticos o ubicaciones circunstanciales de los capos de esas mafias.

Problema mundial ...

Para despejar cualquier duda en cuanto a alguna intencionalidad mezquina o parcializada de mi parte, paso a referir indicativos claros de que se trata de un fenómeno mundial, con énfasis mayores o menores en los distintos países y regiones.


Nada más otear el horizonte colombiano, basta para comprender el impacto contra el ejercicio profesional del periodismo y la integridad física de los medios de comunicación social: persecución de periodistas, asesinatos, encausamientos judiciales, explosiones de bombas contra edificaciones y vehículos han sido parte del drama que sufre Colombia, en el cual casi todos los factores de poder legales e ilegales tienen su parte.


Y si es en el mundo, el ejercicio profesional, cuando ha enfrentado las barreras visibles e invisibles del poder, ha implicado muertes, traumatismos permanentes graves y pérdida de la libertad, sea en medio de una guerra absurda, como en Irak, o frente a las balas asesinas de los narcotraficantes, como en México. Cuando esos poderes fácticos se crecen y desatan, resulta sumamente difícil controlarlos hasta extinguirlos. ¿Cómo desmontar una guerra inventada que ya ha provocado más de un millón 200 mil civiles muertos? ¿Cuánta matanza no tiene aterrorizada a la sociedad mejicana?

Noticias censuradas...

Para concluir esta exposición, dedicada especialmente a los jóvenes estudiantes y futuros colegas profesionales de la comunicación social, quiero referirles un interesante trabajo de investigación universitaria estadounidense sobre los 25 temas censurados o poco atendidos por los medios de comunicación social, a nivel internacional (Anexo 1).
Espero haber estimulado el interés por tópicos tan importantes y poco abordados en la sociedad venezolana, precisamente por la acción de las barreras visibles e invisibles de los factores de poder.


Muchas gracias.
Araure, 03 de octubre de 2008.

MANUEL ISIDRO MOLINA PEÑALOZA
mim_consultores@yahoo.com
manuelisidro21@gmail.com
MI BLOG: manuelisidroxxi.blogspot.com


[1] Conferencia dictada el 03-10-2008 en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Fermín Toro, Núcleo Portuguesa. Araure, estado Portuguesa, Venezuela.
[2] Periodista, humorista, poeta y novelista venezolano, entre los más importantes y reconocidos del siglo XX, editor del diario EL NACIONAL de Caracas.
[3] Docente universitario, periodista, escritor y político venezolano, primer presidente del Colegio Nacional de Periodistas (1976-1978) y dos veces director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela.
[4] Estos “ladrillos” que iniciaron la telefonía celular en el mundo, pesaban unos 750 gramos y entre el voluminoso aparato y la antena medían aproximadamente 40 centímetros.
[5] FOGEL, Jean-Francois y PATIÑO, Bruno. La Prensa sin Gutenberg / El periodismo en la era digital. Mayo 2007, Punto de laguna, S.L. Madrid, España.
[6] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

¿Cómo arreglar el lío en Wall Street?


Por Michael Moore

Traducido del inglés por Manuel Rugeles A.


Amigos,

Los 400 estadounidenses más ricos -de verdad, son sólo cuatrocientos- poseen MÁS que los 150 millones de estadounidenses de más abajo (aquellos que les siguen en ingresos*), en su conjunto.


¡ 400 estadounidenses ricos tienen más, encaletado por ahí, que medio país ! Su valor neto combinado es de 1,6 billones [1.600.000.000.000] de dólares. Durante los ocho años del gobierno de Bush, su riqueza ha aumentado en casi 700.000 millones de dólares (el mismo monto que ahora quieren que les demos para el “rescate.”) ¿Por qué no van simplemente y gastan el dinero que ganaron bajo Bush, para “rescatarse”? ¡Todavía pueden repartirse casi un billón de dólares que les queda!


Claro está que no van a hacer eso, por lo menos de buena gana. George W. Bush recibió un superávit de 127.000 millones de dólares cuando Bill Clinton le entregó el poder. ¿ Por qué con ese dinero, que era NUESTRO dinero y no el suyo, hizo lo que prefirieron los ricos (es decir, lo gastó y nunca lo lamentó). ¿Por qué diablos vamos a pensar ahora en darles más de nuestro dinero a esos capitalistas inescrupulosos?

Quisiera proponer mi propio plan de rescate. Mis sugerencias, enumeradas a continuación, se basan en la simple creencia de que los ricos deben salir del lío SIN ayuda de nadie. Lo siento, muchachos, pero ustedes nos lo inculcaron una y otra vez: No hay almuerzo... gratuito! ¡ Y gracias por animarnos a odiar a los que reciben asistencia social ! De modo que no tendremos que otorgar dádivas a ustedes de nuestra parte.


El Senado, esta noche, va a tratar de impulsar su versión de una “Ley de rescate” para que sea votada. Hay que detenerlo. Lo hicimos el lunes con la Cámara de Representantes, y podemos hacerlo de nuevo hoy con el Senado.


Es evidente, sin embargo, que no podemos seguir protestando sin proponer exactamente lo que -pensamos que- debe hacer el Congreso. Por lo tanto, después de consultar con una serie de personas más inteligentes que Phil Gramm, mi propuesta es la siguiente, conocida ahora como “Plan de Rescate de Mike.” Tiene 10 puntos simples, claros, honestos. Y son:

1.- NOMBREN UN FISCAL ESPECIAL PARA ENJUICIAR CRIMINALMENTE A TODO AQUEL QUE HAYA CONTRIBUIDO -A SABIENDAS- EN WALL STREET A ESTE COLAPSO. Antes de gastar más dinero, el Congreso debe comprometerse, por resolución, a enjuiciar criminalmente a todo el que haya contribuido al intento de saqueo de nuestra economía. Esto significa que debe ir a la cárcel cualquiera que haya abusado de información confidencial, fraude de valores o cualquier acción que haya contribuido a provocar este colapso. Este Congreso debe pedir un Fiscal Especial que persiga vigorosamente a todo aquel que haya contribuido con este lío, y a cualquier otro que intente estafar al público en el futuro.


2. LOS RICOS DEBEN PAGAR POR SU PROPIO RESCATE. Puede que tengan que vivir en 5 casas en lugar de 8. Puede que tengan que conducir 9 coches en lugar de 13. Puede ser que el Chef para sus mini-terrier tenga que ser reasignado. Pero no hay manera de que, después de hacer que los ingresos familiares bajen más de 2.000 dólares durante los años de Bush, la gente trabajadora y la clase media tengan que desembolsar aunque sea diez centavos, para financiar la próxima compra de un yate. Si verdaderamente necesitan los 700.000 millones de dólares que dicen que necesitan, hay una manera más fácil para que los junten:

a) Cada pareja que gane más de un millón de dólares al año y cada contribuyente que gane más de 500.000 dólares al año pagarán un impuesto adicional de 10% durante cinco años. (Es el plan del senador Sanders. Es como el coronel Sanders, sólo que él se propone freír los pollos apropiados.) Eso significa que los ricos todavía pagarán menos impuestos a los ingresos, que cuando Carter fue presidente. Eso podrá sumar un total de 300.000 millones de dólares.


b) Como en casi todas las otras democracias, cobren un impuesto de 0,25% por cada transacción bursátil. Eso reunirá más de 200.000 millones de dólares en un año.


c) Como cada accionista es “un patriota estadounidense”, los accionistas renunciarán a recibir un cheque por concepto de dividendos (o utilidades) durante un trimestre y, en su lugar, ese dinero irá al Tesoro para ayudar a pagar el rescate.

d) Un 25% de las principales corporaciones de EE.UU. no pagan actualmente NINGÚN impuesto sobre los ingresos. Los ingresos federales corporativos ascienden actualmente a un 1,7% del PIB comparado con un 5% en los años cincuenta. Si aumentamos el impuesto sobre los ingresos corporativos para volver al nivel de los años cincuenta, eso nos da otros 500.000 millones de dólares.

La combinación de todo eso debiera bastar para terminar con la calamidad. Los ricos podrán conservar sus mansiones y sus sirvientes, y a nuestro gobierno, el de Estados Unidos (“¡Lo primero es el país!”) le quedará algo para reparar algunas carreteras, puentes y escuelas.


3.- RESCATEN A LA GENTE QUE ESTÁ PERDIENDO SUS CASAS. NO A LOS QUE CONSTRUIRÁN UNA OCTAVA CASA. Hay 1,3 millones de casas en ejecución hipotecaria en este mismo momento. Es el punto principal de este problema. Así que en lugar darle el dinero a los bancos como regalo, paguen 100.000 dólares para cada una de esas hipotecas. Obliguen a los bancos a renegociar cada hipoteca para que los dueños de las casas puedan pagar su valor actual. Para asegurar que esta ayuda no caiga en manos de especuladores y de aquellos que han tratado de ganar dinero jugando con las casas, este rescate es sólo para la primera residencia de la gente.


Y, a cambio del pago de 100.000 dólares por la hipoteca existente, el gobierno compartirá la propiedad de la hipoteca para que pueda recuperar parte de su dinero. Por lo tanto, el coste total inicial del arreglo de la crisis hipotecaria en la raíz (en lugar de hacerlo con los avariciosos prestamistas) será de 150.000 millones, y no de 700.000 millones de dólares.

Y dejemos algo en claro. Las gentes que no han podido pagar sus hipotecas no son “riesgos inaceptables.” Son nuestros compatriotas. Y todo lo que querían era lo que todos queremos, y lo que la mayoría todavía aspira: Una casa que podamos llamar nuestra. Pero durante los años de Bush, millones de compatriotas perdieron sus puestos de trabajo y la paga decente que recibían.


Seis millones cayeron en la pobreza. Siete millones perdieron su seguro de salud. Y cada uno de ellos vio como su salario real bajó en 2.000 dólares. Los que se atreven a despreciar a los estadounidenses que fueron afectados por un golpe -tras otro- de mala suerte, debieran avergonzarse. Somos una sociedad mejor, más fuerte, más segura, y más feliz cuando todos nuestros ciudadanos pueden permitirse vivir en una casa propia.


4.- SI ESOS BANCOS O COMPAÑÍAS, RECIBEN ALGUNA PARTE DE NUESTRO DINERO EN EL TAL “RESCATE”, ENTONCES NOSOTROS SEREMOS SUS DUEÑOS. Lo siento, pero así son las cosas. Porque si un banco me facilita dinero para que yo pueda comprar una casa, el banco es “dueño” de la casa hasta que yo le devuelva todo lo que me ha prestado, más los intereses generados por el préstamo. Lo mismo valdrá ahora para Wall Street. Todo el dinero que necesiten para mantenerse a flote, si nuestro gobierno lo considera un bajo riesgo -y además necesario para el bien del país- lo recibirán a manera de préstamo. Pero nosotros seremos sus dueños. Si dejan de pagarnos, los venderemos. Es lo que hizo el gobierno sueco y le funcionó.

5.- TODAS LAS REGULACIONES DEBEN SER RESTAURADAS. LA REVOLUCIÓN REAGAN HA MUERTO. Esta catástrofe sucedió porque permitimos que el zorro tuviera las llaves del gallinero (I). En 1999, Bill Clinton propuso una ley para eliminar todas las regulaciones que regían a Wall Street y a nuestro sistema bancario. La ley fue aprobada y Clinton la firmó. El senador Phil Gramm, principal asesor económico de McCain, dijo cuando se firmó la ley:

“En los años treinta... se creía que el gobierno era la respuesta. Se creía que la estabilidad y el crecimiento provenían del predominio del gobierno sobre los mecanismos de funcionamiento de los mercados libres…” (II)


Estamos aquí para revocar eso, porque hemos aprendido que el gobierno no es la respuesta. Hemos aprendido que la libertad y la competencia son las respuestas. Hemos aprendido que si promovemos el crecimiento económico promovemos la estabilidad mediante la competencia y la libertad…”

“Estoy orgulloso de estar aquí porque se trata de una ley importante; es una ley des-regulatoria. Creo que es la ola del futuro, y estoy sumamente orgulloso de haber contribuido a que esto se convierta en realidad.”


Pero, esa Ley debe ser revocada. Bill Clinton puede ayudar, liderando el esfuerzo por la revocatoria de esta “Ley Gramm” y por el restablecimiento de regulaciones aún más fuertes, con respecto a nuestras instituciones financieras. Y cuando hayan terminado esta fase, pueden restablecer las regulaciones para las líneas aéreas, la inspección de nuestros alimentos, la industria petrolera, OSHA [Agencia de la Seguridad y la Salud Ocupacionales], y toda otra entidad que afecte nuestras vida cotidiana. Todas las provisiones que se creen para supervisar cualquier tipo de “rescate” deben contener dinero para asegurar los controles. Y penas criminales para todos los delincuentes.

6.- “SI ES DEMASIADO GRANDE COMO PARA PERMITIR(SE) QUE FRACASE, SIGNIFICA QUE ES DEMASIADO GRANDE PARA EXISTIR”. El que se permita que se produzcan esas mega-fusiones y no se apliquen las leyes anti-monopolio y anti-cartel, ha posibilitado que una serie de instituciones financieras y corporaciones, lleguen a ser tan grandes, que la sola idea de su colapso (aún sin que éste se produzca) puede producir un colapso aún mayor en el resto de la economía. Ninguna compañía debiera tener ese tipo de poder. El así llamado “Pearl Harbor económico” no puede ocurrir si hay cientos -o miles- de instituciones en las que la gente tiene su dinero. Cuando se tiene a una docena de compañías productoras de coches, si una se revienta, no enfrentamos un desastre nacional. Si existen tres periódicos con propietarios distintos en la ciudad, una sola empresa mediática no puede decidirlo todo. (Ya sé... ¿Qué estoy pensando?! ¿Quién lee un periódico en estos días?) ¡Seguramente estamos contentos de que todas estas fusiones y adquisiciones nos hayan dejado con una prensa fuerte y libre!. Hay que promulgar leyes para impedir que las compañías sean tan grandes y dominantes, que con una sola pedrada en un ojo, caiga el gigante y muera. Y no se debe (ni puede) permitir que institución alguna, establezca esquemas monetarios que nadie pueda entender. Si no pueden explicarlos en dos frases, no deberían aceptar el dinero de nadie.


7.- NINGÚN EJECUTIVO DEBERÁ SER PAGADO MÁS DE 40 VECES LO QUE GANA SU EMPLEADO PROMEDIO, Y NINGÚN EJECUTIVO DEBERÁ RECIBIR NINGÚN TIPO DE “PARACAÍDAS” QUE NO SEA EL SALARIO MUY GENEROSO QUE ÉL O ELLA GANARON MIENTRAS TRABAJARON PARA LA COMPAÑÍA. En 1980, el presidente promedio de una compañía ganó 45 veces lo que ganaban sus empleados. En 2003, estaban ganando 254 veces lo que ganaban sus trabajadores. Después de 8 años de Bush, ahora cobran 400 veces lo que gana su empleado promedio. Ahora bien, que algo semejante haya podido pasar en compañías públicas, desafía la razón.


En Gran Bretaña, el presidente de compañía promedio gana 28 veces lo que recibe su empleado promedio. ¡En Japón, es sólo 17 veces! Lo último que oí es que el presidente de Toyota se da la gran vida en Tokio. ¿Cómo se las arregla con tan poco dinero? En serio, es una vergüenza. Hemos creado el lío en el que estamos, al permitir que la gente en la cúpula se hinchen, más allá de lo pensable, con millones de dólares. Esto tiene que terminar. Y no sólo que ningún ejecutivo que reciba ayuda por este lío debiera beneficiarse al hacerlo, sino que todo ejecutivo que llevó a su compañía a la ruina debería ser despedido antes de que la compañía reciba alguna ayuda.

8.- FORTALECER A LA FDIC [Corporación Federal de Seguros de los Depósitos Bancarios] Y CONVERTIRLA EN UN MODELO PARA PROTEGER NO SÓLO LOS AHORROS DE LA GENTE, SINO TAMBIÉN SUS PENSIONES Y SUS CASAS. Obama tuvo razón ayer cuando propuso extender la protección de la FDIC para los ahorros de la gente en sus bancos hasta 250.000 dólares. Pero el mismo tipo de seguro gubernamental debiera ser dado a los fondos de pensión de nuestra nación. La gente nunca debería tener que preocuparse de si podrán contar o no, con el dinero que han ahorrado para su vejez. Esto significará una estricta supervisión gubernamental de compañías que administran los fondos de sus empleados, o -tal vez signifique- que las compañías tengan que entregar esos fondos y su administración al gobierno. Los fondos de pensión privados de la gente también deben ser protegidos, pero tal vez sea hora de considerar que los fondos de pensión no sean invertidos en el Casino llamado “mercado bursátil”. Nuestro gobierno debiera tener el deber solemne de garantizar que nadie que envejezca en este país, tenga que preocuparse de que pueda acabar desamparado.


9.- TODOS TIENEN QUE RESPIRAR A FONDO, CALMARSE Y NO PERMITIR QUE EL MIEDO DOMINE LA SITUACIÓN. ¡Apagad la televisión! No estamos en la Segunda Gran Depresión. El cielo no cae sobre nosotros. Los eruditos y los políticos nos mienten tan rápida y furiosamente, que cuesta mucho no ser afectado por toda la ofensiva del terror. Hasta yo, ayer, escribí y repetí, lo que escuché en las noticias: que el Dow (Jones) tuvo la caída más grande en un día, en toda su historia. Bueno, esto es verdad si se habla de puntos, pero su caída de un 7% no llega ni cerca de lo que ocurrió el Lunes Negro de 1987, cuando el mercado bursátil perdió en un solo día el 23% de su valor. En los años ochenta, cerraron 3.000 bancos, pero EE.UU. no tuvo que cerrar. Esas instituciones siempre han tenido sus altas y bajas y todo termina por arreglarse. Tiene que ser así, ¡ Porque a los ricos no les gusta que sufra su riqueza ! Tienen un interés firme en calmar las cosas y volver a meterse a sus Jacuzzis.

Por loca que se haya vuelto la vida, decenas de miles de personas obtuvieron un préstamo para un coche esta semana. Miles fueron al banco y obtuvieron una hipoteca para comprar una casa. Los estudiantes que acababan de volver a la universidad vieron que los bancos estaban más que contentos de endeudarlos durante los próximos 15 años con un préstamo estudiantil. La vida ha continuado. Ni una sola persona ha perdido parte de su dinero si está en un banco, o en valores del Tesoro o un Certificado de Depósito [CD]. Y lo más sorprendente es que el público estadounidense no se haya tragado la campaña de amedrentamiento. Los ciudadanos ni pestañaron y, en lugar de hacerlo, le dijeron al Congreso que agarrara ese plan de rescate y se lo metiera por donde no le cupiera. ESO fue lo impresionante. ¿Por qué no sucumbió la población ante las advertencias repletas de temor de su presidente y sus compinches? Bueno, porque puedes decir ‘Saddam tiene armas de destrucción masiva’, muchísimas veces, antes de que la gente se dé cuenta de que eres un mentiroso de mierda. Pero después de ocho largos años, la nación está cansada y simplemente no lo soporta más.

10.- CREAR UN BANCO NACIONAL, UN “BANCO POPULAR.” Si realmente ardemos por imprimir hasta un billón de dólares, ¿Por qué no nos lo damos a nosotros mismos, en lugar de dárselo a unos pocos ricos? Ahora que somos dueños de Freddie (Mac) y Fannie (Mae) ¿Por qué no montamos un banco popular? Que suministre préstamos a bajas tasas de interés a todo tipo de gente que quiera tener su casa, comenzar un pequeño negocio, ir a la universidad, encontrar una cura para el cáncer o crear el próximo gran invento. Y ahora que somos dueños de AIG, la mayor compañía de seguros del país, tomemos el paso siguiente y suministremos seguros de salud para todos. Medicare para todos. Nos ahorrará mucho dinero a la larga. Y no seremos Nº 12 en la lista de expectativa de vida. Podremos tener una vida más larga, gozar de nuestra pensión protegida por el gobierno, y viviríamos para ver el día en el que los criminales corporativos que crearon tanta miseria salgan de prisión, y entonces podamos contribuir a re-acostumbrarlos a la vida civil, una vida con una linda casa, y un coche que no use gasolina, que haya sido inventado con ayuda del Banco Popular.

Atentamente

Michael Moore
MMFlint@aol.com
MichaelMoore.com

1. Llamen o envíen un correo al senador Barack Obama. Díganle que no necesita sentarse a ayudar a Bush y a Cheney, en todo el desastre que han provocado. Díganle que tiene la inteligencia para detener el ritmo de los acontecimientos y encontrar cuál es el mejor camino a escoger. Digámosle que los ricos deben pagar por la ayuda que se les proporciona. Usemos la influencia que tenemos en estos momentos, para insistir en una moratoria a todos los embargos e insistir en adoptar la cobertura universal de salud, y decirles que el pueblo necesita tomar las riendas de las decisiones económicas que afectan nuestras vidas, no a los barones de Wall Street.

2. Tomen las calles. Participen en cualquiera de las cientos de manifestaciones espontáneas que están brotando en todo el país (especialmente aquellas cerca de Wall Street y DC).

3. Llamen a su representantes en el Congreso y en el Senado. (Hagan clic aquí para encontrar sus números y correos electrónicos). Cuéntenles lo que le dijeron al senador Obama. Cuando uno se equivoca en la vida, los errores se pagan en el infierno. Cada uno de ustedes que leen este texto conocen esa lección elemental y ha pagado las consecuencias de sus actos en algún punto de su vida. En esta gran democracia no podemos permitir que exista un conjunto de reglas para la mayoría de los ciudadanos trabajadores y otras reglas para la élite, la cual, cuando se equivoca, recibe regalos en bandeja de plata. ¡No puede ser! ¡No de nuevo!