domingo, 28 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD MÁS EMOCIONANTE DE LOS 60 QUE RECUERDO CON MI BEBÉ QUERIDO Y MI MAMÁ


 El Bebé Querido que revolucionó en los años 60 era parecido a este bebé, pero tenía cabello rubio con pollinita....


El tetero mágico de juguete cuando apareció por primera vez en los 60, el NIño Jesús y mi mamá Rosa María hicieron lo imposible por conseguirlo.... El Bebé Querido y el tetero mágico fueron los 2 de regalos de una navidad de los 60 que más recuerdo con inmesa emoción y alegría....Fue un día inolvidable para mí....


EL BEBÉ QUERIDO Y SU TETERO MÁGICO FUERON LOS 2 REGALOS DE UNA NAVIDAD EN LOS 60 QUE MÁS RECUERDO DEL NIÑO JESÚS Y DE MI MAMÁ ROSA MARÍA:

Vivía en la 4ta Avenida G de la Urbanización Campo Claro,(hoy parte de la Casona Presidencial-Caracas), Anexo de la bella Quinta Carmen (era de mi abuela materna Carmen Cecilia Adriani). Entre mis vecinos estaba la familia y las niñas del  mártir Teniente León Droz Blanco (asesinado en Barranquilla, Colombia por la Dictadura de Pérez Jiménez). 
Mi casa, anexo de la Quinta Carmen, era por dentro parecida a muchas casas de esos años de parroquias tradicionales como La Pastora y San Agustín, cerca de la Plaza de Toros del Nuevo Circo (donde vivían mis abuelos paternos): un patio central con piso de granito y alrededor del mismo estaban las habitaciones, el baño, el recibo, el comedor, la cocina y el porche con plantas donde la familia se sentaba o los niños se ponían a jugar.
Mis tías-hermanas de crianza,eran hijas del escritor guariqueño y miembro de la Academia de la Lengua, Pedro Díaz Seijas, nos montábamos como “monitas” por la platabanda de la Quinta Carmen y del Anexo de la misma. Entonces mi mamá y mi abuela Carmen, al ver que nosotras hacíamos eso, a pesar de los muchos regaños que nos daban por esas travesuras, a las habitaciones que estaban en el cuadrante del patio central, era obligatorio cerrar las habitaciones con llaves desde adentro. Pero en  los días 24 para 25 de diciembre, mi mamá siempre me decía que esa noche no importaba que dejara la puerta abierta de mi cuarto porque iba estar bajo el cuidado del Niño Jesús que tenía como misión traer los regalos desde el cielo.

 En verdad, que los 24 de diciembre trataba de no acostarme muy tarde y dormirme como la Bella Durmiente.Como mi mamá siempre era muy previsiva (le temía a los intrusos) porque era fácil acceder a la casa desde el techo al patio Central. Yo de niña con mis tías-hermanas de crianza ,cercanas a mi edad, hermanas de mi mamá y por cierto primas-hermanas del exFiscal General de la República y Vicepresidente de Chávez, Isaías Rodríguez Díaz; Guadalupe (Lupita) y Margarita Díaz Adriani.
Yo y los niños de esa época, no éramos muy PRETENCIOSOS ni exigentes en nuestras cartas al Niño Jesús (nada que ver con los niños de esta generación). Recuerdo que cada 25 de diciembre apenas amanecía, mis ojitos se abrían rapidito sin nada de sueño para buscar mi regalo: En esa Navidad que recuerdo con inmensa emoción como si fuera hoy, vi al lado de mi cama una caja grande. Quité el papel de regalo  con cuidado(nunca los he roto) y el inmenso lazo que había encima. Me encontré al famoso BEBÉ QUERIDO y un tetero mágico al lado de él. El bebé parecía de verdad, su torso, bracitos, piernas eran rellenos con algodón sintético y tenía movilidad como cualquier niño. Su cabello era rubio, el cual había que cuidar mucho para que no se dañara. Los ojos eran achinaditos. Las manitas y los pies eran gorditos. La leche de el tetero mágico cuando se le daba al bebé se desaparecía a simple vista. Era toda una maravillosa innovación en juguetes en los años 60. Ese Bebé Querido y su tetero mágico me lo llevaba para todas partes y en todas mis vacaciones o fines de semana a la playa o a la Colonia Tovar. 
Le tenía una pañalera de verdad-verdad con ropita de bebé ya usada por los niños de la familia de ese entonces. Ese bebé tuvo un lugar muy especial en mi vida por muchos años. Cuando ya era adolescente, lo ponía de adorno, cuando ya tenía arreglada mi cama. Creo que desde muy niña, ya sabía como atender un bebé de verdad. Mi mamá Rosa, me decía como cargarlo, cómo sacarle los gases cuando le daba la leche con el tetero mágico. Élla me seguía el juego de manera muy seria “aparentemente”. En estas Navidades, en que élla por primera vez no está conmigo, recuerdo más que nunca esa famosa y emocionante Navidad en que el Niño Jesús me trajo el Bebé Querido y un tetero mágico. Que recuerdo tan hermoso…Se me inundan los ojos de lágrimas llenas de amor y de nostalgia de esos súper felices días que nunca más volverán.