martes, 8 de diciembre de 2020

MARGARITA DÍAZ ADRIANI, UN 8 DE DICIEMBRE, DÍA DE LA VIRGEN INMACULADA SE FUE AL CIELO CON APENAS 26AÑOS DE EDAD....

                  
                  Virgen de la Inmaculada Concepción.....

     

                                           Margarita Díaz Adriani a los 17 años.....

De izquierda a derecha, la más pequeña con braguitas de pantalón Paula M. Giraud Adriani, seguida por Guadalupe(Lupita) y Margarita Díaz Adriani (ambas fallecidas con 9 meses de diferencia en 1978). Parroquia San José, Caracas.
De izquierda a derecha: Guadalupe(Lupita) Díaz Adriani, Paula M.Giraud Adriani y Margarita Díaz Adriani, Carnavales en el Club Social del Banco Venezolano de Crédito, Urbanización Las Palmas, Caracas, Gobierno del Presidente Rómulo Betancourt.
Margarita, era una ferviente lectora de novelas y de poesías. Con ella siendo una niña leí por primera vez la bella novela MUJERCITAS de Louisa May Alcott (1868)  y  MARÍA del escritor colombiano Jorge Isaac

El Sabio José Francisco Torrealba, a quien siempre con Margarita y Lupita Díaz Adriani íbamos a visitar  en San Juan de Los Morros......Era un hombre increíble y de una sencillez infinita....Quería muchísimo a su esposa Rosa Tovar, una mujer muy humilde.....


Entre el cielo, la morgue de la Clinica El Avila y el  médico sabio Francisco Torrealba, descubridor del Mal de Chagas. Un 8 de diciembre, Día de La Virgen María se fue al cielo mi querida Margarita Díaz Adriani, y me avisó con aroma de muchas flores, que había partido:Hoy recuerdo con gran tristeza,la muerte d mi muy querida tía y hermana de crianza,Margarita Coromoto Díaz Adriani, que se fue al cielo el 08\12\1978 con apenas 26años.


Margarita,era hija del escritor guariqueño Pedro Díaz Seijas y miembro de Número de la Academia Venezolana de la Lengua,tío del Ex Fiscal General Isaías Rodríguez Díaz (de Hugo Chávez), con cuya familia desde niña conocí muy de cerca, incluyendo a su abuela Juana Seijas de Díaz, que vivía en San Juan de Los Morros, Estado Guárico, que quiso mucho a mi mamá Rosa María Adriani de niña y adolescente, al igual que las hermanas y hermanos de Isaías. Mi mamá siempre recuerda como un buen padrasto a Diaz Seijas,con quien mi abuela Carmen Cecilia Adriani, estuvo casada en segundas nupcias.


 La mamá de Isaías Rodríguez, era cuñada de mi abuela Carmen Cecilia Adriani. Mi mamá también conoció de niña a la ExFiscal General de la República (exiliada en Colombia) Luisa Ortega Díaz, era la parte de los Díaz (de Isaías y de mis tías-hermanas de crianza Margarita y Guadalupe (Lupita) Díaz Adriani, que eran catires,ojos claros y muy blancos.


Recuerdo que hace 42 años a las 10 am, el apto se inundó de olor a muchas flores, me pasa a veces cuando alguien muy querido fallece, o tengo sueños premonitorios en el amanecer de la persona que se va al infinito ese mismo día o al día siguiente (que está conectada en gran afecto conmigo). Yo no sabía que Margarita había fallecido a esa hora. Se lo dije de inmediato a mi mamá Rosa María y ella me respondió:”Miriam, tienes razón, yo también siento el olor a flores.” Mi familia más cercana y amigas de infancia, me llaman por mi 2do nombre.


...Margarita estaba hospitalizada en la Clínica Ávila, de Altamira, este de Caracas. Tenía Lupus eritematoso y la habían operado de una pierna, por la cual estaba cojeando en los últimos 24 meses y ella quería caminar bien. El doctor Otolima Gómez(su médico de cabecera desde los 15 años cuando estudiaba Margarita  en el Colegio Santa Rosa de Lima), y el doctor Angel Bajares le dijeron que la operación era riesgosa  y ella dijo que no le importaba, que iba a correr el riesgo.


A las 10 am de hace 42 años, a Margarita le dio una hemorragia interna y un paro respiratorio. En  A las 10:30 am mi abuela Carmen Cecilia Adriani, nos llamó telefónicamente desde la Clínica El Ávila y a las 11:30 del mediodía mi mamá y yo tomamos un taxi y nos fuimos hasta Altamira. Yo me encargué  en soledad con mucho frío en dónde tenían a Margarita de vestirla bonita, de maquillarla, peinarla….Le hablaba mientras la arreglaba, estaba en una total calma, como en cámara lenta, desde esa habitación muy fría veía El Ávila, el cielo con muchas nubes….


...Le dije: Hermana querida, me estás dejando muy sola, porque ya se fue nuestra Lupita (Guadalupe) su hermana menor  y mi alter ego desde que nací, que se el 4 de marzo de ese mismo año(1978), que había fallecido trágicamente en un accidente de tránsito con su esposo Hugo Gil,siendo los dos becarios del Plan Gran Mariscal Ayacucho, en Ann Arbor, Michigan, y sólo tenían 24 años de edad….


Las muertes de Lupita y Margarita Díaz Adriani,en apenas 9 meses de diferencia,me rompieron el corazón y mis fibras más internas. Fueron dos muertes, de las cuales nunca me recuperé y no hay un día que nos las recuerde a ambas. Con ellas hacía todo de lunes a domingo, a excepción cuando estaba en la casa de mis queridos abuelos Giraud Mendoza en la Parroquia San Agustín del Norte o con mis primos por el lado de mi papá, e incluso Federico Misle Giraud y Chicho (Lorenzo) Maggiolo Giraud, compartían con ambas felices días en la playa o en el Club Táchira de la Urbanización Monte, cumpleaños…..


Margarita, fue en vida muy buena y caritativa. Nunca le llevaba la contraria a mi abuela Carmen Cecilia Adriani y si su hermana Lupita le respondía mal a veces, entonces la regañaba. Y cuando nos castigaban (a Lupita y a mí) o nos daban “una pela” por inventadoras y traviesas, entonces ella  intervenía de inmediato ¡para que nos perdonaran!, pero a veces NO le hacían caso: ja ja ja….

 

Ella, era muy estudiosa, tenía letra de médico y perfecta ortografía,  y a pesar de la enfermedad (Lupus Eritematoso), que a veces no dormía por los grandes dolores, estudiaba Derecho en la Universidad Santa María.Era caritativa y muy religiosa. Amaba los animales, al igual que yo y Lupita. Le gustaba bailar. Era coqueta. Amaba el perfume Aire del tiempo de Nina Ricci y también la colonia Menem.


De ella estuvo muy enamorado cuando tenía 17-18 años de edad, José Witremundo Torrealba, el hijo médico-investigador y docente, del sabio Francisco Torrealba, el que descubrió el Mal de Chagas y no le importaba que estuviese enferma,porque decía que él la iba a curar. Pero, ella prefirió apartarse (aún interesada románticamente en él), a pesar que este médico de ojos verdes SI estuvo muy enamorado de ella, luego se casa con Junia Chaves (sin Z).


Recuerdo como si fuera hoy, al sabio Torrealba, cuando íbamos con Margarita y Lupita Díaz Adriani a visitarlo en su casa de San Juan de  Los Morros (1968-1969-1970). Era un hombre muy particular, como lo son muchas veces los genios.Y a mi me divertía mucho su modo de ser con una sencillez y la calidad humana de un santo. Dos anécdotas definen muy bien, la compleja, humilde y pintoresca personalidad del Dr. José Francisco Torrealba, descubridor de la causa del mal de Chagas.


Una de las anécdotas conocidas de Torrealba era que en una oportunidad se le esperaba en una sala de la Universidad Central de Venezuela, de forma que diera una conferencia sobre la enfermedad tropical. El Dr. Torrealba, de vestir humilde (casi siempre de kaki) llegó algo tarde a la cita. La conferencia se retardó aún más, cuando el vigilante, al ver la inusual vestimenta del Dr. Francisco Torrealba, no le permitió la entrada al recinto. Sin perder la calma, el Sabio se sentó en la acera, lugar desde donde fue rescatado por uno de los galenos, quien impaciente había salido a la puerta a indagar por la tardanza del conferencista.


La otra anécdota, lo identifica también, como este extraordinario científico ¡cuán excéntrico era!: En San Juan de Los Morros, caminando por la calle fue sorprendido por un caminante en esos solazos del mediodía en el estado Guárico, quien le preguntó acerca del por qué estaba usando un zapato en un pie y, una alpargata en el otro. El Dr. Torrealba lo vio, y muy serio y le contestó: “¡Esos, son los dos extremos de la humanidad, la opulencia y la pobreza!”. Así de puro, genuino y conmovedoramente ingenuo, era este gran científico venezolano, nacido en Santa María de Ipire (Guárico) en 1896 y fallecido en Caracas en 1973.


Formó el Dr. Torrealba, una extraordinaria junta con otros científicos venezolanos, como Enrique Tejera, Arnoldo Gabaldón, Pablo Anduze y Miguel Suárez, para mejorar ostensiblemente la salud de la población en general, aportando en su caso al mundo (y particularmente a Latinoamérica, cuyos campesinado padecía mucho de esta enfermedad) la cura contra el mal de Chagas. En este sentido, fue calificado por el gran poeta, Pascual Venegas Filardo, como “héroe legítimo de la nueva Venezuela “.


Un ejemplo claro de esa combinación, de férrea voluntad y, sorprendente inteligencia, que acompañó al sabio Torrealba, se encuentra en el hecho de cómo aprendió alemán en forma autodidacta, en menos de tres meses (con unos discos a guisa de curso formal), para así poder viajar a tierras germanas, y hacerse entender por los representantes en ese país, de la empresa fabricante de la aspirina, con quienes sostuvo una diatriba científica.


 Margarita, era una ferviente lectora de novelas y de poesías. Con ella siendo una niña leí por primera vez la bella novela MUJERCITAS de Louisa May Alcott (1868)  y  MARÍA del escritor colombiano Jorge Isaac, que se publicó en el año de 1867 y se inscribe dentro del romanticismo. Por su tema y estructura conserva todas las características de la novela sentimental que en Francia había llegado a su apogeo con Atala de Chateaubriand y Pablo y Virginia de Saint Pierre. El escritor colombiano Jorge Isaacs (1837-1895) es el autor de la novela de mayor éxito que se haya publicado nunca en la América hispana después de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.


En efecto, la historia de los amores entre María y Efraín, que Isaacs dio a la imprenta en 1867 bajo el título de María, había alcanzado las cincuenta ediciones antes de que finalizara el siglo XIX, y, desde entonces, sus lectores no han dejado de crecer, subyugados por la sobria prosa del novelista colombiano, por el conmovedor tono de su relato, por los valores encarnados por sus jóvenes héroes sentimentales, unidos en un afecto idílico sin otros tintes que los de un romanticismo natural, casi salvaje, al que ponen marco los grandiosos paisajes de los trópicos americanos y las reivindicaciones de un primitivismo noble e inocente.


Fuente bibliográfica consultada:

https://entorno-empresarial.com/jose-francisco-torrealba-el-sabio-a-su-memoria-y-obra/

 

Oraciones en el aniversario de un difunto:

https://www.oblatos.com/oracion-en-el-aniversario-de-un-difunto/