domingo, 19 de febrero de 2017

EL CÁNCER TERMINAL DEL GOBIERNO DE MADURO Y SUS VÍCTIMAS EN DÓNDE VIVO Y EL POR QUÉ NO PROTESTAN POR AHORA...



 EL sábado 18 de febrero 2017  a las 3:45 pm me dio hambre-hambre. Me asomé a la nevera  y NADA había. No tenía ni el castizo queso blanco duro. No había ni cilantro, ni tampoco un tomate, ni cebollín. NO había sencillamente NADA. No había galletas saladas, ni tampoco pan, carbohidratos que escasean FEO por donde vivo. Ante tal panorama de guerra, me dije tengo que salir rumbo a los barrios San Andrés y al Barrio Cajigal de la Parroquia El Valle (Caracas), en donde siempre algo consigo.

Al salir me encuentro en la entrada de mi edificio a una vecina cercana en edad a mi mamá que en paz descanse  y también a la señora María. A ambas también,las arrasó la crisis. Perdieron peso de dramáticamente. La señora María perdió la dentadura: A élla afortunadamente su segundo hijo (treintañero hoy) en el 2009-2010, siendo nada más bachiller, se le fue despavorido de la crisis del país para Canadá y las cosas de inmigración por esos lares, no estaban tan estrictos como hoy. Pudo accesar a los dólares viajeros preferenciales que existían en ese entonces y se FUE. Hizo de todo por allá, trabajó duro y estudió y el gobierno canadiense le dió el ok legal de residencia, y luego afortunadamente se enamoró de Emely, una bella canadiense y se casaron, y hoy tienen dos hijos hermosos..

Elizabeth Molina y su hija linda Alexandra de ojos verdes (cercana en edad a mi hija) que vivieron mucho tiempo en mi edificio y luego se mudaron por un tiempo a Valencia, Estado Carabobo buscando abrirse económicamente, objetivo que por un tiempito lograron, pero el cáncer del Gobierno la volvió alcanzar y quebraron en el pequeño restaurant que pusieron.
Me acabo de enterar que hace 2 años ambas (Elizabeth y Alexandra) se fueron para Uruguay y que están muy felices en esta hermoso país: Se sienten seguras al salir y no ser asesinadas impunemente, e igualmente pueden ir felizmente a un supermercado o comprar cualquier medicina que necesiten. Tener acceso ambas a los productos de higiene personal, cosméticos y estar bonitas como siempre.

En mi salida urgente rumbo al Barrio San Andrés o al Barrio Cajigal para buscar como fuese un pedazo de queso blanco duro o parecido, algo de tomates con cilantro y cebollín y ver si tenia la suerte de conseguir pan o galletas saladas, pero estos dos rubros no los conseguí, al igual que la mayoría de las veces. Me encuentro con César, el Arquitecto, jubilado de IPOSTEL (Instituto Postal y Telegráfico de Vzla) y ufff también estaba sumamente delgado y demacrado. También me encuentro con otro amigo de mi Edificio que es Contador Püblico, jubilado como yo de la quebrada Alcaldia Metropolitana de Caracas (con la suma ridícula hasta hoy de 27 mil bolívares que es la mitad del salario mínimo), quien también ha perdido mucho peso y sus zapatos están súper feos, al igual que su ropa. 

Mi amigo y vecino hace pocos meses, hizo un gigante esfuerzo económico, porque su profesión de Contador Público le permite a veces tener unos ingresos extras para algunas asesorías y su firma legal para avalar ingresos a una persona o empresa (privada o pública), para que su hijo mayor se fuese de Venezuela para Panamá o Colombia, pero como no conversó conmigo esto antes de esa decisión: Todo lo salió réquete mal.

 En Panamá, los venezolanos HOY que deseen irse para este país, les vá malísimo y son muy maltratados. Y en la hermana Colombia, a menos que se vaya con bastante dinero en la cartera o con importantes contactos claves allá, los venezolanos tampoco no tienen nada que buscar. Todo el gigante esfuerzo económico que hizo mi amigo el Contador Publico para sacar a su hijo mayor de Venezuela, lo perdió todo. A su hijo le dieron  “dos patadas” y desprecios tanto en Panamá como en Colombia y tuvo que regresarse frustrado  a Venezuela luego de un mes de haberse ido.

Sigo caminando y caminando, me encuentro con Gladys Gil (la mamá de Dany) que también vive en mi edificio que traía en sus manos 2 mazorcas o jojotos, los cuáles había buscado entre varios buhoneros en la Avenida Intercomunal de El Valle y todos querían estafarla con los precios. Élla solo quería dos mazorcas por 500 Bs y se lo estaban vendiendo por el doble del precio, hasta que consiguió en el Barrio San Andrés con alguien, dos pequeñas mazorcas por 300 Bs. A Gladys, la crisis la avasalló y la envejeció mal: Perdió la mayoría de sus dientes, su piel está marchita como un papel secante arrugado. Su cabello largo y amarillento también arruinado. También perdió peso dramáticamente. Su ropa totalmente remendada y feíta.

Hablo con mi amigo E, de un kiosko que hace varios años tenía uno de los mejores y más suritidos del sector, incluyendo alquiler de películas con los últimos títulos del Cine. Hoy lo que le queda es un kiosko arruinado, con muy poco que vender (no tiene mercancía que ofrecer). Creo, que para sobrevivir está  vendiendo algunas cositas “no legales” bajo cuerda que nunca antes vendió: No lo juzgo en lo absoluto y me hago la vista gorda. Siento mucha pena por él, porque siempre fue un tipo emprendedor y decente, creativo para vender muchas cosas, aunque él nunca vendió barato, pero yo igualmente le compraba porque sus chucherías eran muy sabrosas y me sacaba de apuros a las 10 de la noche (en el pasado) de poder ir a su kiosko y comprar maltas de botellitas, Gatorade, galletas Óreo de chocolates, papitas Rufles, Brownie, dulcitos criollos como los besitos de coco o los dulcitos andinos tradicionales.

Sigo por estas calles arruinadas por la Revolución desde hace 18 años y que con Maduro el país tocó el fondo de la pobreza más paupérrima, nunca vista en toda mi vida, buscando las escaleras del Barrio Cajigal para ver dónde podía comprar algo de queso blanco del que hubiese, en este sábado 18 de febrero Ya tampoco se conseguía ¡ni este castizo queso!. (Lo consegui a duras penas en el mencionado barrio).

Me quedé con los ojos sin vista y sorprendida de la pobreza tan pavorosa en la que nos encontramos en este país, por lo menos en los sectores populares se siente mucho peor. Están vendiendo, el aceite en bolsitas chiquiticas de plástico en 500 0 600 Bs. Bolsitas chiquiticas con 3 cucharadas de café o de azúcar por 500 Bs también. Estas ventas de HAMBRE en bolsitas pequeñitas de plástico en estas zonas que transito, no las he visto todavía en el Este de Caracas: 

Como el café, el azúcar o el aceite está tan carísimo para la gente de a pié como yo, y vuelvo aclarar que las Bolsas del CLAP solo alcanzan para subsistir 10-12 dias y las vende el Gobierno cada 40 días, las botellas de aceite de un litro, el carísimo café o azúcar carísima que escasea dramáticamente como todo en Venezuela, y cuando se consigue es sumamente caro para los que ganamos en bolívares que nada valen. Entonces al pueblo-pueblo se le ocurrió vender estos productos que NO HAY en bolsitas chiquiticas de plástico.

Cuando yo leo algunos comentarios en las redes sociales, que este gobierno sigue gobernando porque en los sectores populares de la capital o del país, en donde hasta el día que Chávez vivió, lo siguieron como corderos al matadero y hoy siguen “aplaudiendo como focas” al Gobierno de Maduro, les digo que NO ES CIERTO.

Es cierto, con algunas excepciones de mi entorno que muchos no van a las marchas que convoca la dirigencia de la oposición, aún cuando HOY detesten al Gobierno de Maduro y en el “pasado” siguieron  ciegamente a Hugo Chávez. La gente está muy cansada, muy delgada, mal alimentada y con muchos problemas de salud, además de cargar con mucho dolor en sus espaldas la muerte de un hijo, de un hermano, de un esposo que fue asesinado brutalmente. 

En mi edificio por ejemplo hace menos de 2 años a un muchacho que se fue en su carro bonito que compró con gran esfuerzo para un local nocturno en la Urbanización Las Mercedes (Este de Caracas), lo secuestraron en esa zona y lo asesinaron: Hasta la fecha sus asesinos siguen libres. En el edificio de al lado en donde vivo, el esposo de la hermana de un vecino (el caso del periodista ancla del Canal 8 del Gobierno, que fue asesinado en Caricuao) y los asesinos siguen sueltos impunemente como me contó su joven esposa, quien quedó viuda con una bebé recién nacida y de la pena ha rebajado 40 kilos.

Hay mucho dolor, hay mucho agotamiento, hay mucha hambre para que la gente tenga un ímpetu furioso en los sectores populares para ir a una marcha sin retorno que convoque la oposición, aún cuando a la hora de votar  lo hagan en contra del Gobierno sin la menor duda. Puede ser que cuando lo menos espere el Gobierno, se prenda un zaperoco en El Valle, Coche, Centro de Caracas, Catia, Caricuao, San José, Petare, Guarenas, Guatire… (sectores populares del Distrito Metropolitano de Caracas), porque la pobreza, la miseria está tocando el límte-límite y las bolsas del CLAP no están cubriendo las necesidades elementales del pueblo, que además apenas alcanzan 10-12 días de los cada 40 días que son vendidas por el Gobierno.


Las cosas están demasiado mal en Venezuela y al Gobierno de Maduro el país se lo va devorar en cualquier momento, al igual que a todos los que lo estan con él en condiciones privilegiadas. Pueden poner cadenas  presidenciales todos los días, pueden quitar la coneccion de CNN en español de las TV por cable en el país, pueden intentar seguir mareando a los venezolanos de a pié como yo, con las bolsas del CLAP cada 40 días, pero que solo alcanzan para subsistir 10-12 días. Pueden decir que es mentira que hay un montón de bandidos en su gobierno, que se robaron descaradamente los dólares del país que hoy se muere de hambre y por falta de medicinas. Muchos del entorno de poder chavista-madurista,  tienen sus fortunas en Paraísos Fiscales del mundo o inversiones o cuentas mil millonarias en los Estados Unidos, que fueron incautados por el Departamento del Tesoro norteamericano en febrero 2017 por ser dinero de origen oscuro, ilegal....

El pueblo no es gafo. Sabe que se está muriendo de hambre y azotado con una criminalidad brutal, mientras un buen grupo del Poder Rojito están dándose la gran vida y tienen a sus hijos estudiando en el exterior con los dólares o euros, al cual los venezolanos no tenemos acceso. Este Gobierno está muy mal, pero muy mal y en cualquier momento le puede dar un infarto fulminante cuando menos lo espere...Y cuando suceda, nadie lo va llorar, sino todo lo contrario....