sábado, 11 de octubre de 2008

¿Cómo arreglar el lío en Wall Street?


Por Michael Moore

Traducido del inglés por Manuel Rugeles A.


Amigos,

Los 400 estadounidenses más ricos -de verdad, son sólo cuatrocientos- poseen MÁS que los 150 millones de estadounidenses de más abajo (aquellos que les siguen en ingresos*), en su conjunto.


¡ 400 estadounidenses ricos tienen más, encaletado por ahí, que medio país ! Su valor neto combinado es de 1,6 billones [1.600.000.000.000] de dólares. Durante los ocho años del gobierno de Bush, su riqueza ha aumentado en casi 700.000 millones de dólares (el mismo monto que ahora quieren que les demos para el “rescate.”) ¿Por qué no van simplemente y gastan el dinero que ganaron bajo Bush, para “rescatarse”? ¡Todavía pueden repartirse casi un billón de dólares que les queda!


Claro está que no van a hacer eso, por lo menos de buena gana. George W. Bush recibió un superávit de 127.000 millones de dólares cuando Bill Clinton le entregó el poder. ¿ Por qué con ese dinero, que era NUESTRO dinero y no el suyo, hizo lo que prefirieron los ricos (es decir, lo gastó y nunca lo lamentó). ¿Por qué diablos vamos a pensar ahora en darles más de nuestro dinero a esos capitalistas inescrupulosos?

Quisiera proponer mi propio plan de rescate. Mis sugerencias, enumeradas a continuación, se basan en la simple creencia de que los ricos deben salir del lío SIN ayuda de nadie. Lo siento, muchachos, pero ustedes nos lo inculcaron una y otra vez: No hay almuerzo... gratuito! ¡ Y gracias por animarnos a odiar a los que reciben asistencia social ! De modo que no tendremos que otorgar dádivas a ustedes de nuestra parte.


El Senado, esta noche, va a tratar de impulsar su versión de una “Ley de rescate” para que sea votada. Hay que detenerlo. Lo hicimos el lunes con la Cámara de Representantes, y podemos hacerlo de nuevo hoy con el Senado.


Es evidente, sin embargo, que no podemos seguir protestando sin proponer exactamente lo que -pensamos que- debe hacer el Congreso. Por lo tanto, después de consultar con una serie de personas más inteligentes que Phil Gramm, mi propuesta es la siguiente, conocida ahora como “Plan de Rescate de Mike.” Tiene 10 puntos simples, claros, honestos. Y son:

1.- NOMBREN UN FISCAL ESPECIAL PARA ENJUICIAR CRIMINALMENTE A TODO AQUEL QUE HAYA CONTRIBUIDO -A SABIENDAS- EN WALL STREET A ESTE COLAPSO. Antes de gastar más dinero, el Congreso debe comprometerse, por resolución, a enjuiciar criminalmente a todo el que haya contribuido al intento de saqueo de nuestra economía. Esto significa que debe ir a la cárcel cualquiera que haya abusado de información confidencial, fraude de valores o cualquier acción que haya contribuido a provocar este colapso. Este Congreso debe pedir un Fiscal Especial que persiga vigorosamente a todo aquel que haya contribuido con este lío, y a cualquier otro que intente estafar al público en el futuro.


2. LOS RICOS DEBEN PAGAR POR SU PROPIO RESCATE. Puede que tengan que vivir en 5 casas en lugar de 8. Puede que tengan que conducir 9 coches en lugar de 13. Puede ser que el Chef para sus mini-terrier tenga que ser reasignado. Pero no hay manera de que, después de hacer que los ingresos familiares bajen más de 2.000 dólares durante los años de Bush, la gente trabajadora y la clase media tengan que desembolsar aunque sea diez centavos, para financiar la próxima compra de un yate. Si verdaderamente necesitan los 700.000 millones de dólares que dicen que necesitan, hay una manera más fácil para que los junten:

a) Cada pareja que gane más de un millón de dólares al año y cada contribuyente que gane más de 500.000 dólares al año pagarán un impuesto adicional de 10% durante cinco años. (Es el plan del senador Sanders. Es como el coronel Sanders, sólo que él se propone freír los pollos apropiados.) Eso significa que los ricos todavía pagarán menos impuestos a los ingresos, que cuando Carter fue presidente. Eso podrá sumar un total de 300.000 millones de dólares.


b) Como en casi todas las otras democracias, cobren un impuesto de 0,25% por cada transacción bursátil. Eso reunirá más de 200.000 millones de dólares en un año.


c) Como cada accionista es “un patriota estadounidense”, los accionistas renunciarán a recibir un cheque por concepto de dividendos (o utilidades) durante un trimestre y, en su lugar, ese dinero irá al Tesoro para ayudar a pagar el rescate.

d) Un 25% de las principales corporaciones de EE.UU. no pagan actualmente NINGÚN impuesto sobre los ingresos. Los ingresos federales corporativos ascienden actualmente a un 1,7% del PIB comparado con un 5% en los años cincuenta. Si aumentamos el impuesto sobre los ingresos corporativos para volver al nivel de los años cincuenta, eso nos da otros 500.000 millones de dólares.

La combinación de todo eso debiera bastar para terminar con la calamidad. Los ricos podrán conservar sus mansiones y sus sirvientes, y a nuestro gobierno, el de Estados Unidos (“¡Lo primero es el país!”) le quedará algo para reparar algunas carreteras, puentes y escuelas.


3.- RESCATEN A LA GENTE QUE ESTÁ PERDIENDO SUS CASAS. NO A LOS QUE CONSTRUIRÁN UNA OCTAVA CASA. Hay 1,3 millones de casas en ejecución hipotecaria en este mismo momento. Es el punto principal de este problema. Así que en lugar darle el dinero a los bancos como regalo, paguen 100.000 dólares para cada una de esas hipotecas. Obliguen a los bancos a renegociar cada hipoteca para que los dueños de las casas puedan pagar su valor actual. Para asegurar que esta ayuda no caiga en manos de especuladores y de aquellos que han tratado de ganar dinero jugando con las casas, este rescate es sólo para la primera residencia de la gente.


Y, a cambio del pago de 100.000 dólares por la hipoteca existente, el gobierno compartirá la propiedad de la hipoteca para que pueda recuperar parte de su dinero. Por lo tanto, el coste total inicial del arreglo de la crisis hipotecaria en la raíz (en lugar de hacerlo con los avariciosos prestamistas) será de 150.000 millones, y no de 700.000 millones de dólares.

Y dejemos algo en claro. Las gentes que no han podido pagar sus hipotecas no son “riesgos inaceptables.” Son nuestros compatriotas. Y todo lo que querían era lo que todos queremos, y lo que la mayoría todavía aspira: Una casa que podamos llamar nuestra. Pero durante los años de Bush, millones de compatriotas perdieron sus puestos de trabajo y la paga decente que recibían.


Seis millones cayeron en la pobreza. Siete millones perdieron su seguro de salud. Y cada uno de ellos vio como su salario real bajó en 2.000 dólares. Los que se atreven a despreciar a los estadounidenses que fueron afectados por un golpe -tras otro- de mala suerte, debieran avergonzarse. Somos una sociedad mejor, más fuerte, más segura, y más feliz cuando todos nuestros ciudadanos pueden permitirse vivir en una casa propia.


4.- SI ESOS BANCOS O COMPAÑÍAS, RECIBEN ALGUNA PARTE DE NUESTRO DINERO EN EL TAL “RESCATE”, ENTONCES NOSOTROS SEREMOS SUS DUEÑOS. Lo siento, pero así son las cosas. Porque si un banco me facilita dinero para que yo pueda comprar una casa, el banco es “dueño” de la casa hasta que yo le devuelva todo lo que me ha prestado, más los intereses generados por el préstamo. Lo mismo valdrá ahora para Wall Street. Todo el dinero que necesiten para mantenerse a flote, si nuestro gobierno lo considera un bajo riesgo -y además necesario para el bien del país- lo recibirán a manera de préstamo. Pero nosotros seremos sus dueños. Si dejan de pagarnos, los venderemos. Es lo que hizo el gobierno sueco y le funcionó.

5.- TODAS LAS REGULACIONES DEBEN SER RESTAURADAS. LA REVOLUCIÓN REAGAN HA MUERTO. Esta catástrofe sucedió porque permitimos que el zorro tuviera las llaves del gallinero (I). En 1999, Bill Clinton propuso una ley para eliminar todas las regulaciones que regían a Wall Street y a nuestro sistema bancario. La ley fue aprobada y Clinton la firmó. El senador Phil Gramm, principal asesor económico de McCain, dijo cuando se firmó la ley:

“En los años treinta... se creía que el gobierno era la respuesta. Se creía que la estabilidad y el crecimiento provenían del predominio del gobierno sobre los mecanismos de funcionamiento de los mercados libres…” (II)


Estamos aquí para revocar eso, porque hemos aprendido que el gobierno no es la respuesta. Hemos aprendido que la libertad y la competencia son las respuestas. Hemos aprendido que si promovemos el crecimiento económico promovemos la estabilidad mediante la competencia y la libertad…”

“Estoy orgulloso de estar aquí porque se trata de una ley importante; es una ley des-regulatoria. Creo que es la ola del futuro, y estoy sumamente orgulloso de haber contribuido a que esto se convierta en realidad.”


Pero, esa Ley debe ser revocada. Bill Clinton puede ayudar, liderando el esfuerzo por la revocatoria de esta “Ley Gramm” y por el restablecimiento de regulaciones aún más fuertes, con respecto a nuestras instituciones financieras. Y cuando hayan terminado esta fase, pueden restablecer las regulaciones para las líneas aéreas, la inspección de nuestros alimentos, la industria petrolera, OSHA [Agencia de la Seguridad y la Salud Ocupacionales], y toda otra entidad que afecte nuestras vida cotidiana. Todas las provisiones que se creen para supervisar cualquier tipo de “rescate” deben contener dinero para asegurar los controles. Y penas criminales para todos los delincuentes.

6.- “SI ES DEMASIADO GRANDE COMO PARA PERMITIR(SE) QUE FRACASE, SIGNIFICA QUE ES DEMASIADO GRANDE PARA EXISTIR”. El que se permita que se produzcan esas mega-fusiones y no se apliquen las leyes anti-monopolio y anti-cartel, ha posibilitado que una serie de instituciones financieras y corporaciones, lleguen a ser tan grandes, que la sola idea de su colapso (aún sin que éste se produzca) puede producir un colapso aún mayor en el resto de la economía. Ninguna compañía debiera tener ese tipo de poder. El así llamado “Pearl Harbor económico” no puede ocurrir si hay cientos -o miles- de instituciones en las que la gente tiene su dinero. Cuando se tiene a una docena de compañías productoras de coches, si una se revienta, no enfrentamos un desastre nacional. Si existen tres periódicos con propietarios distintos en la ciudad, una sola empresa mediática no puede decidirlo todo. (Ya sé... ¿Qué estoy pensando?! ¿Quién lee un periódico en estos días?) ¡Seguramente estamos contentos de que todas estas fusiones y adquisiciones nos hayan dejado con una prensa fuerte y libre!. Hay que promulgar leyes para impedir que las compañías sean tan grandes y dominantes, que con una sola pedrada en un ojo, caiga el gigante y muera. Y no se debe (ni puede) permitir que institución alguna, establezca esquemas monetarios que nadie pueda entender. Si no pueden explicarlos en dos frases, no deberían aceptar el dinero de nadie.


7.- NINGÚN EJECUTIVO DEBERÁ SER PAGADO MÁS DE 40 VECES LO QUE GANA SU EMPLEADO PROMEDIO, Y NINGÚN EJECUTIVO DEBERÁ RECIBIR NINGÚN TIPO DE “PARACAÍDAS” QUE NO SEA EL SALARIO MUY GENEROSO QUE ÉL O ELLA GANARON MIENTRAS TRABAJARON PARA LA COMPAÑÍA. En 1980, el presidente promedio de una compañía ganó 45 veces lo que ganaban sus empleados. En 2003, estaban ganando 254 veces lo que ganaban sus trabajadores. Después de 8 años de Bush, ahora cobran 400 veces lo que gana su empleado promedio. Ahora bien, que algo semejante haya podido pasar en compañías públicas, desafía la razón.


En Gran Bretaña, el presidente de compañía promedio gana 28 veces lo que recibe su empleado promedio. ¡En Japón, es sólo 17 veces! Lo último que oí es que el presidente de Toyota se da la gran vida en Tokio. ¿Cómo se las arregla con tan poco dinero? En serio, es una vergüenza. Hemos creado el lío en el que estamos, al permitir que la gente en la cúpula se hinchen, más allá de lo pensable, con millones de dólares. Esto tiene que terminar. Y no sólo que ningún ejecutivo que reciba ayuda por este lío debiera beneficiarse al hacerlo, sino que todo ejecutivo que llevó a su compañía a la ruina debería ser despedido antes de que la compañía reciba alguna ayuda.

8.- FORTALECER A LA FDIC [Corporación Federal de Seguros de los Depósitos Bancarios] Y CONVERTIRLA EN UN MODELO PARA PROTEGER NO SÓLO LOS AHORROS DE LA GENTE, SINO TAMBIÉN SUS PENSIONES Y SUS CASAS. Obama tuvo razón ayer cuando propuso extender la protección de la FDIC para los ahorros de la gente en sus bancos hasta 250.000 dólares. Pero el mismo tipo de seguro gubernamental debiera ser dado a los fondos de pensión de nuestra nación. La gente nunca debería tener que preocuparse de si podrán contar o no, con el dinero que han ahorrado para su vejez. Esto significará una estricta supervisión gubernamental de compañías que administran los fondos de sus empleados, o -tal vez signifique- que las compañías tengan que entregar esos fondos y su administración al gobierno. Los fondos de pensión privados de la gente también deben ser protegidos, pero tal vez sea hora de considerar que los fondos de pensión no sean invertidos en el Casino llamado “mercado bursátil”. Nuestro gobierno debiera tener el deber solemne de garantizar que nadie que envejezca en este país, tenga que preocuparse de que pueda acabar desamparado.


9.- TODOS TIENEN QUE RESPIRAR A FONDO, CALMARSE Y NO PERMITIR QUE EL MIEDO DOMINE LA SITUACIÓN. ¡Apagad la televisión! No estamos en la Segunda Gran Depresión. El cielo no cae sobre nosotros. Los eruditos y los políticos nos mienten tan rápida y furiosamente, que cuesta mucho no ser afectado por toda la ofensiva del terror. Hasta yo, ayer, escribí y repetí, lo que escuché en las noticias: que el Dow (Jones) tuvo la caída más grande en un día, en toda su historia. Bueno, esto es verdad si se habla de puntos, pero su caída de un 7% no llega ni cerca de lo que ocurrió el Lunes Negro de 1987, cuando el mercado bursátil perdió en un solo día el 23% de su valor. En los años ochenta, cerraron 3.000 bancos, pero EE.UU. no tuvo que cerrar. Esas instituciones siempre han tenido sus altas y bajas y todo termina por arreglarse. Tiene que ser así, ¡ Porque a los ricos no les gusta que sufra su riqueza ! Tienen un interés firme en calmar las cosas y volver a meterse a sus Jacuzzis.

Por loca que se haya vuelto la vida, decenas de miles de personas obtuvieron un préstamo para un coche esta semana. Miles fueron al banco y obtuvieron una hipoteca para comprar una casa. Los estudiantes que acababan de volver a la universidad vieron que los bancos estaban más que contentos de endeudarlos durante los próximos 15 años con un préstamo estudiantil. La vida ha continuado. Ni una sola persona ha perdido parte de su dinero si está en un banco, o en valores del Tesoro o un Certificado de Depósito [CD]. Y lo más sorprendente es que el público estadounidense no se haya tragado la campaña de amedrentamiento. Los ciudadanos ni pestañaron y, en lugar de hacerlo, le dijeron al Congreso que agarrara ese plan de rescate y se lo metiera por donde no le cupiera. ESO fue lo impresionante. ¿Por qué no sucumbió la población ante las advertencias repletas de temor de su presidente y sus compinches? Bueno, porque puedes decir ‘Saddam tiene armas de destrucción masiva’, muchísimas veces, antes de que la gente se dé cuenta de que eres un mentiroso de mierda. Pero después de ocho largos años, la nación está cansada y simplemente no lo soporta más.

10.- CREAR UN BANCO NACIONAL, UN “BANCO POPULAR.” Si realmente ardemos por imprimir hasta un billón de dólares, ¿Por qué no nos lo damos a nosotros mismos, en lugar de dárselo a unos pocos ricos? Ahora que somos dueños de Freddie (Mac) y Fannie (Mae) ¿Por qué no montamos un banco popular? Que suministre préstamos a bajas tasas de interés a todo tipo de gente que quiera tener su casa, comenzar un pequeño negocio, ir a la universidad, encontrar una cura para el cáncer o crear el próximo gran invento. Y ahora que somos dueños de AIG, la mayor compañía de seguros del país, tomemos el paso siguiente y suministremos seguros de salud para todos. Medicare para todos. Nos ahorrará mucho dinero a la larga. Y no seremos Nº 12 en la lista de expectativa de vida. Podremos tener una vida más larga, gozar de nuestra pensión protegida por el gobierno, y viviríamos para ver el día en el que los criminales corporativos que crearon tanta miseria salgan de prisión, y entonces podamos contribuir a re-acostumbrarlos a la vida civil, una vida con una linda casa, y un coche que no use gasolina, que haya sido inventado con ayuda del Banco Popular.

Atentamente

Michael Moore
MMFlint@aol.com
MichaelMoore.com

1. Llamen o envíen un correo al senador Barack Obama. Díganle que no necesita sentarse a ayudar a Bush y a Cheney, en todo el desastre que han provocado. Díganle que tiene la inteligencia para detener el ritmo de los acontecimientos y encontrar cuál es el mejor camino a escoger. Digámosle que los ricos deben pagar por la ayuda que se les proporciona. Usemos la influencia que tenemos en estos momentos, para insistir en una moratoria a todos los embargos e insistir en adoptar la cobertura universal de salud, y decirles que el pueblo necesita tomar las riendas de las decisiones económicas que afectan nuestras vidas, no a los barones de Wall Street.

2. Tomen las calles. Participen en cualquiera de las cientos de manifestaciones espontáneas que están brotando en todo el país (especialmente aquellas cerca de Wall Street y DC).

3. Llamen a su representantes en el Congreso y en el Senado. (Hagan clic aquí para encontrar sus números y correos electrónicos). Cuéntenles lo que le dijeron al senador Obama. Cuando uno se equivoca en la vida, los errores se pagan en el infierno. Cada uno de ustedes que leen este texto conocen esa lección elemental y ha pagado las consecuencias de sus actos en algún punto de su vida. En esta gran democracia no podemos permitir que exista un conjunto de reglas para la mayoría de los ciudadanos trabajadores y otras reglas para la élite, la cual, cuando se equivoca, recibe regalos en bandeja de plata. ¡No puede ser! ¡No de nuevo!