jueves, 31 de julio de 2008

La crisis ética del periodismo venezolano


Foro “La Ética en el Ejercicio del Periodismo” patrocinado por Radio Nacional de Venezuela”, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG),
Jueves 22 de junio de 2006


La confrontación política y un CNP desdibujado como gremio
han agudizado la crisis de nuestro noble oficio:


EL PERIODISMO VENEZOLANO EN LOS ÙLTIMOS AÑOS
PERDIÒ LA BRÙJULA DEL EQUILIBRIO INFORMATIVO


Ponente: Paula Giraud / CNP 3.804
Mail:
paugiraud@cantv.net y paulagiraud@gmail.com
Periodista e Investigadora del Archivo Histórico Metropolitano de Caracas

Es innegable que en los últimos años el Código de Ética del Periodista en la mayoría de sus 50 artículos ha sido violentado. El sensacionalismo, la manipulación de la información, las medias verdades, la falta de rigurosidad en la confirmación de los datos y de las fuentes informativas, el palangre y la vedetizaciòn de algunos colegas, entre otros grandes problemas, han ido erosionando la credibilidad y la función social que debemos cumplir los periodistas.

Coincido con muchos colegas de la generación de periodistas que ingresamos en la UCV en los años 70 y los 80, en el sentido que el periodismo venezolano desde el año 2000 perdió la brújula de la realización de un periodismo equilibrado, respetuoso y de apego a la verdad. La grave confrontación política existente en el país, ha trastocado el correcto tratamiento de la información en cualquiera de las aceras políticas desde donde se estructuren y se realicen las noticias o los programas audiovisuales de opinión.

Hoy en Venezuela para el público en general, es un gran acertijo distinguir entre la información que es cierta y la que es manipulada con omisiones y con “medias verdades”. Parece que la consigna es: “VAMOS A CAERLE EN CAYAPA AL CONTRARIO, SIN IMPORTAR QUE NOS LLEVEMOS POR DELANTE LOS PRINCIPIOS Y EL CÒDIGO DE ÈTICA.”

Desde hace 28 años cuando hice mi primer reportaje político en el Bloque Dearmas, siendo todavía estudiante de periodismo, acerca de las elecciones presidenciales de 1978 entre Luis Piñerùa y Luis Herrera Campins, puedo afirmar que por encima de los intereses polìticos y económicos de los grupos editoriales que siempre han existido y existirán, los periodistas dábamos la pelea en las pautas informativas por realizar un periodismo equilibrado y responsable. ¡Gracias a Dios que me tocó trabajar con periodistas-jefes que en su mayoría eran ETICOS con mayúscula! Y cuando había que realizar una información editorial que venía de los editores y que no compartíamos, era nuestra regla NO FIRMAR LA INFORMACIÒN y exigir que se cumpliera esta norma. Se discutía el derecho a intervenir en la elaboración de la pauta informativa, aunque a veces obviamente se imponía la decisión del editor. Pero ahí estábamos dando la pelea, participando.

A veces podíamos salir con las “tablas en la cabeza”, como me sucedió en 1986 en la Revista BOHEMIA, cuando un Director provisional de dos meses en ese momento, me despidió por negarme a cambiar totalmente el sentido del argumento y la jerarquía de los personajes de un gran reportaje que había realizado de la famosa novela de ese momento, que transmitía el canal 8 y que se llamaba LA DUEÑA, protagonizada por Amanda Gutiérrez y Daniel Alvarado, ambientada en la época de Juan Vicente Gómez. Yo no podía aceptar desde el punto de vista informativo y de respeto a los lectores seguidores de la exitosa novela de ese año, cambiar el peso de los protagonistas y dárselo a un personaje secundario que si era eliminado de la trama, nada pasaba, simplemente porque ese Director provisional era muy amigo del esposo de la actriz.

El punto de reflexión es, aún cuando siempre ha habido violaciones del Código de Ética y de la libertad del periodista de trabajar con apego a la verdad y de evitar el sensacionalismo, así como enfrentar con fuerza el palangre y el ejercicio ilegal de nuestra profesión, percibo que en los últimos años, el periodismo venezolano –bien sea de la acera de la oposición o del oficialismo- perdió el rumbo del equilibrio informativo y del respeto hacia si mismo y hacia al público que se dirige.

Y parte del problema que estamos enfrentando los periodistas en Venezuela, considero que además de la grave confrontación política que llevó a mucha gente a realizar un periodismo NO EQUILIBRADO y NO RESPETUOSO, también ha influido que tenemos desde hace varios años un Colegio Nacional de Periodistas que se ha desdibujado en el tiempo como gremio y punto de encuentro, de discusión en los últimos quinquenios, así como de sus obligaciones y principios filosóficos, también enmarcados en el Código de Ética del Periodista Venezolano.

Dejamos de tener un CNP como el que tuvimos en sus inicios, que velara con fuerza porque todos sus agremiados cumplieran con los 50 artículos del Código de Ética, que desde hace mucho tiempo puedo asegurar casi nadie lo lee, ni lo tiene en un sitio público en todos los centros de trabajo, así como colaborar para que tenga la debida difusión, aceptado y practicado por todos los miembros del Colegio Nacional de Periodistas, como lo señala el articulo 47 del Còdigo de Ética.

Pareciera también que en los últimos años en las Escuelas de Comunicación Social del país, se dejó de ser reiterativo en el discurso diario y académico de los principios enmarcados en el Código de Ética del Periodista Venezolano. Recuerdo muy especialmente que los periodistas que egresamos por ejemplo de la UCV en los años 70 y en los 80, teníamos la reiteración por parte de la mayoría de los profesores de ese entonces, como Eleazar Díaz Rangel, Gloria Cuenca , Gilberto Alcalá, Juan Páez Ávila, Héctor Mújica, Alexis Márquez, Espinoza, Jesús Rosas Marcano, Antonio Olivieri, Federico Alvarez y su esposa Olga de Alvarez, Marcelino Bisbal, el poeta Argenis Daza, Nùñez Tenorio entre otros tantos profesores “estrellas”, que nos “machacaban” una y otra vez de nuestra obligación de ser éticos y honestos en el ejercicio de la profesión. De defender la verdad con un tratamiento equilibrado y respetuoso, así como de la inmensa vergüenza en que algún momento pudiéramos caer en las garras del palangre.

Quiero destacar como dijera el colega Roberto Malaver en el pasado Foro “El gremio que queremos” también patrocinado por Radio Nacional de Venezuela el 25 de mayo del presente año, que “Lo más importante en el desempeño de la profesión era ser decente y honesto, sin importar si el periodista era de izquierda o de derecha”, y en estos tiempo de grave crisis gremial, valoramos más que nunca que los periodistas seamos decentes y honestos en el desempeño de la profesión.

Y para finalizar, parafraseo el título del último libro del colega Earle Herrera: EL QUE SE ROBÒ EL PERIODISMO QUE LO DEVUELVA, quien también afirma: “Serán los periodistas los que rescaten la confianza perdida y la credibilidad derramada como vaso de agua en la arena de esta hermosa, riesgosa y noble profesión. Téngase simpatía hacia el proceso bolivariano o hacia la oposición, esta es la responsabilidad de los comunicadores sociales. Y es esto lo que el pueblo, la sociedad y Venezuela nos demandan”