sábado, 2 de mayo de 2009

LAS PERVERSIDADES E INJUSTICIAS DEL PATRONO-ESTADO VENEZOLANO...


Por Paula Giraud

Periodista de la Alcaldía Mayor desde la extinta Gobernación de Caracas

Email: paulagiraud@gmail.com


Voy a contar en primera persona las perversidades e injusticias del Patrono- Estado, porque lo conozco desde adentro: 15 años en la Alcaldía Mayor, y otros 11 años entre el Ministerio de Justicia, Agricultura y Cría, C.A.Venezolana de Navegación (ya no existe), CANTV (Estado-Estado, años 1980-82), Metro de Caracas e Ince-Agrario. Así que nadie me viene con cuentos en el siglo XXI. Las perversidades del Patrono Estado en la IV República, hoy en el actual Gobierno se acentuaron y las injusticias laborales se han multiplicado de forma grotesca por razones políticas. También conozco al sector privado, porque también lo he tenido como Patrono.

En el Patrono-Estado de la denominada “IV República” la política también metía sus manitas nada inocentes para favorecer a un trabajador en el momento de un ascenso laboral o para conseguir empleo. Los adecos y copeyanos hacían sus actividades proselitistas y nunca recuerdo que se pasaran estrictas listas de asistencia, ni le daban un Kit de uso obligatorio de franela con cachuchita blanca o verde.

LOS JEFES DEL PATRONO ESTADO Y LAS COMISIONES BANCARIAS

En la IV República habían Jefes “mafiosos” y buscando porcentajes o sobreprecios en las negociaciones que hiciesen. En la V República, en los actos de compra y ventas de lo “que sea” los precios son súper-súper inflados. En la IV República los jefes como en la V República perciben jugosas comisiones de los Bancos por colocar las partidas presupuestarias de determinado sector. Estas comisiones bancarias aparecen en un punto de sus balances, que no deja rastro.

En el sector público los Directores que tienen acceso y poder de colocar sus partidas presupuestarias en un determinado Banco, tienen el manejo de negociación con las entidades financieras de percibir un “determinado porcentaje de comisión” que así sea de 0,50, 0,25 sobre un monto de grandes millardos les deja una buena “tajada” de recursos para su patrimonio personal. En este triángulo “perverso y silencioso” que muchos venezolanos en la calle y desde la misma administración pública, sacamos cuentas de cómo llegaron “limpios” y salen luego resueltos en sus vidas personales y sus salarios “nada despreciables por cierto” no calzan con los bienes que han adquirido y con el ritmo de vida que llevan.

LA CONTRALORÍA INTERNA DEL PATRONO ESTADO

Como funcionaria al servicio del Patrono Estado con muchos años sobre mis espaldas,
(tanto en la IV como en la V República), he visto muchas “marramucias” y jugarretas administrativas de este “Gran Patrono” para escapar de la Contraloría Interna de sus mismas organizaciones.

Hay algo que quiero decir públicamente en la IV República, los Contralores Internos de los organismos del Estado eran del partido contrario del que estaba mandando en ese momento, y por encima de los “acuerdos que pudiesen haber debajo de la mesa entre adecos y copeyanos” al menos se guardaban las apariencias y había “algo de temor” cuando Contraloría Interna hacía su trabajo en todas las Direcciones y dependencias de un organismo. Hoy en día, los Contralores Internos en el Patrono Estado son del partido de Gobierno o simpatizantes, y obviamente la situación de pulcritud administrativa y DECENCIA en el manejo de los recursos del Estado en un alto porcentaje no existen, ni siquiera para guardar las apariencias y las formas ante la sociedad y sus empleados públicos mal pagados y mal tratados desde todo punto de vista.

En la IV República el Patrono Estado no tenía manos inocentes, pero hoy los empleados públicos MAL PAGADOS y con condiciones laborales inaguantables (problemas de aire acondicionado, hacinamiento, sin teléfonos, sin agua potable para beber, baños dañados, sin material y equipos para trabajar, entre tantas calamidades laboeales) estamos peor que antes. Se juntaron las perversidades de la IV y de la V República para EXPLOTAR al indefenso trabajador público.

En la IV República los trabajadores mal pagados tenían posibilidades con las horas extras de sumar algo más a sus presupuestos. En la V República en la mayoría de los Ministerios, Alcaldías, Gobernaciones y otros más, a los trabajadores se les exige trabajar de gratis (en condiciones deplorables) horas extras tanto en la semana como en los fines de semana. Nadie protesta ni dice nada, por temor a las represalias laborales o porque sus contratos laborales no tengan prórrogas al vencimientos de los mismos, o incluso antes.

Por ejemplo, en la administración de Juan Barreto, a muchos trabajadores los obligaban a trabajar fuera del horario convencional y muchos fines de semana, a cambio de NADA, porque ni siquiera les daban los pasajes, el almuerzo y la botellita de agua potable. Mientras a los trabajadores no les pagaban horas extras, los jefes “buchones” ganaban glorias políticas y laborales a costa del “trabajador explotado”. Aclaro que con Alfredo Peña en muchas dependencias pasó lo mismo.

LOS SINDICATOS DEL PATRONO ESTADO

Los sindicatos del Patrono Estado tanto en la IV como en la V República han sido POCO EFECTIVOS y tampoco con manos inocentes en muchas discusiones de Contratos Colectivos o a la hora de defender los abusos de un Jefe en perjuicio de un explotado y mal pagado funcionario público.

Desde mi experiencia personal tengo todo un guión cinematográfico y no les agradezco nada a los sindicatos. En las muchas injusticias que me ha tocado enfrentar, yo mismo he asumido personalmente mi defensa ante los organismos competentes, incluyendo la Defensoría del Pueblo. Como periodista he usado todos mis recursos legales y gremiales para enfrentar los abusos de poder tanto en la IV como en la V República. Me considero una “sobreviviente” hasta la fecha del Patrono Estado.

Ni en la IV ni en la V República me he puesto una franela partidista. Mi punto de honor es que a mi nadie ME UNIFORMA ni me da la gana identificarme con nadie, y a estas alturas de mi vida ¡muchos menos!. No le agradezco nada ni al Patrono Estado ni a los sindicatos. Yo sólo sé que como profesional universitaria nada tengo, porque los salarios nunca me permitieron acceder a una vivienda o para comprarme un carro.

A los profesionales cada año, nos han ido igualando hacia abajo. Mejor está un obrero que hace café en una oficina que un profesional universitario que hizo un millón de esfuerzos para graduarse de noche en una universidad pública. En esta igualación hacia abajo, al final de un amplio recorrido al servicio del Estado, los profesionales terminan jubilados con un salario mínimo igual que los obreros no calificados. ¿Para qué estudiar y esforzarse tanto?. Al obrero muy pocas veces lo tocan en el momento de las reestructuraciones. Al obrero no le exigen estar bien vestido. La mayoría de los obreros que conozco, no pagan servicios públicos, el único pago que hacen es la compra de la bombona de gas.

EL PATRONO ESTADO Y LAS PENURIAS DE SUS JUBILADOS

En la mayoría de organismos del Estado, como son los ministerios, Gobernaciones, Concejos Municipales y muchos organismos del Gobierno. El trabajador que ha dado toda su vida, termina siendo jubilado para que pase por mil penurias en su merecida etapa de retiro.

El trabajador del Estado que no sale jubilado con un salario de Director o de Jefe de División, se les verá “negras” a mediano y largo plazo. El trabajador termina siendo jubilado con un 65 por ciento de su ya muy maltratados salario (con 25 años de servicios), sin cestatickets y sin aumentos en su escala con respecto a los trabajadores activos. Es decir, el trabajador al ser jubilado, el Patrono-Estado lo lleva a su mínima expresión y lo coloca en una situación socio-económica totalmente desventajosa y de vulnerabilidad. Nunca recibe aumentos como los activos. Y la Inflación lo deja en muy poco tiempo en salario mínimo, que completa con la pensión del IVSS para enfrentar con muchas restricciones la súper costosa vida en el país. Empezando con el mercado de medicinas de cada mes que normalmente le toca realizar al jubilado por razones de salud y de edad.

Esta situación de injusticia obscena, no sucede en CADAFE, Metro de Caracas, TSJ, CSE, SENIAT, PDVSA, entre algunos organismo privilegiados que conozco por lo mismo que me cuentan sus trabajadores jubilados.

NO FUI PARA LA MARCHA DEL 1 DE MAYOR. ¿Para qué?

Desde hace varios años no voy a ninguna marcha de trabajadores del 1 de Mayo. Me da igual ese día, lo único bueno es que es un día que tengo libre en mi agenda personal y familiar. Estoy sumamente decepcionada de todos los sindicatos del país sin distingos políticos. Aunque aclaro, que por principio un sindicato no puede ser un tentáculo del Patrono Estado, ni vestirse de un color determinado: Me parece perverso.

Los sindicatos no pueden estar al servicio ni del Patrono Estado ni del Patrono de las empresas del sector privado, ni del patrono de turno. En estas relaciones cercanas, se producen omisiones o acuerdos nocivos en contra de los trabajadores.

Recuerdo entre los muchos abusos laborales de la administración de Alfredo Peña como Alcalde Mayor (agosto 2000 a noviembre 2004), que escuché a uno de los miembros del sindicato (el mismo de ahora) referirse con los nombres de pila del Alcalde y del Director General de Recursos Humanos: Alfredo dice esto (Alcalde) y Luís Daniel dice lo otro (nombre de pila del Director General de ese entonces), en ese momento me quedó evidente la relación de confianza y de “tuteo” de varios miembros del Sindicato de la Alcaldía Mayor con los patronos y las razones porque me dejaron sola ante los abusos de ese Patrono. Omisiones convenientes, y que gracias a Dios, desde mi modesta trinchera como trabajadora al servicio del Estado y periodista supe defender.

Los sindicatos no pueden tener bajo ninguna circunstancia relaciones de “tuteo” y de almuercitos con whisky de 18 años con los patronos. Cada quien en su lugar para mantener una relación de respeto y sin posiciones amigueras con el patrono.


EL PATRONO ESTADO VS. EL PATRONO DEL SECTOR PRIVADO

El Patrono Estado a pesar de sus perversidades que vienen desde la IV República, jubila a sus trabajadores así sea con un salario injusto. En la mayoría de las empresas del sector privado, con pocas excepciones no jubilan a sus trabajadores.

El trabajador que queda cesante por la razón que sea del sector Estado, en la mayoría de las veces (con las excepciones que muchos conocemos) se va de su trabajo con las manos vacías. Cobra sus prestaciones sociales algún día y además devaluadas en niveles críticos.


El Patrono-Estado por ser “maula” en el momento de pagar los trabajadores cuando los jubila o cuando los despide por “re-estructuración” no cumple con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia, según publicación en primera página del Diario El Nacional, miércoles 14 de abril de 1993, que dice que el pago de prestaciones sociales debe hacerse de acuerdo con el índice de inflación. En este sentido en ponencia del entonces Magistrado Rafael Alfonso Guzmán, expresa que mediante el método de indexación judicial debe restablecer la lesión que realmente sufren el valor adquisitivo de los salarios y prestaciones del trabajador por la contingencia inflacionaria, corrigiendo la injusticia de que el pago impuntual de las prestaciones laborales se traduzca en ventaja del moroso y en daño del sujeto legalmente protegido en derecho a ellas. El uso del método indexatorio –según la ponencia- tendrá el saludable efecto de acortar los juicios y evitar retardar maliciosamente el proceso, permitiendo al trabajador obtener una reparación real y objetiva del daño sufrido.

Todas estas injusticias que vienen del pasado, en los últimos 10 años del actual Gobierno no han sido revertidas. Es más, se han acentuado en perjuicio del trabajador al servicio del Estado.

En el sector privado por norma la liquidación de las prestaciones sociales de sus trabajadores es de pago inmediato o máximo un mes de espera. El trabajador con poco o mucho, algo puede hacer mientras se consigue otro empleo, o lo que le dan lo invierte así sea en un kiosco para vender periódicos y chucherías. En el sector financiero, aunque los trabajadores se quejan de los salarios, tienen acceso para comprar vivienda o para comprarse un vehículo. Las medidas de seguridad industrial se cumplen. El trabajador cuenta con su espacio para trabajar, tiene aire acondicionado, no hace “cola” para poder usar por ejemplo una computadora. Cuenta con sanitarios decentes. Tiene agua fría-potable para beber. Cuenta con los materiales para trabajar y no trabaja en condiciones de hacinamiento, como sucede en muchos ministerios, gobernaciones y alcaldías del Patrono-Estado.
MI BALANCE PERSONAL DE LOS SINDICATOS GUBERNAMENTALES: ES NEGATIVO...

En este nuevo 1 de mayo, mi balance desde mi experiencia personal del Patrono Estado y de los Sindicatos que deben mejorar las condiciones socio-económicas y de seguridad industrial en los Ministerios, Alcaldías, Concejos Municipales, y todos los entes Gubernamentales que no estén entre los "privilegiados" arriba mencionados, es NEGATIVO. Como conclusión puedo decir Patrono es Patrono, a la hora de sacarles mal las cuentas a un trabajador. Pero el Patrono-Estado es el mayor incumplidor de las leyes de la República y desde su omnipotente poder que arrastra a todas las instituciones que deben proteger al trabajador, se cometieron en el pasado muchas injusticias, pero en el actual Gobierno nada ha cambiado, y sin temor a equivocaciones ¡por propia experiencia! en los últimos 10 años el “factor político” pervirtió de manera más evidente lo que uno criticaba en el pasado.

Hoy no hace falta ser profesional universitario, tener cursos y maestrías o ser un verdadero técnico en tu área para ocupar altas posiciones o simplemente un cargo común y corriente en el sector público.

No importa ser probo, ser decente y celoso de los bienes del Estado. Lo único que importa es estar “enchufado” políticamente en los más altos niveles. Antes de 1998, la “palanca” política era importante, pero por ejemplo para ser Presidente del Metro de Caracas, se requería antes que nada ser Ingeniero Civil y Gerente, como lo fue el desaparecido padre del Metro, el Ingeniero José González Lander. Y en lo que respecta a mi área profesional, los Directores y Jefes de Prensa y Relaciones Públicas tenían que estar inscritos en el Colegio Nacional de Periodistas.

En este 1 de mayo, al analizar el comportamiento del Patrono-Estado, me siento profundamente decepcionada. Me siento “estafada” y desmotivada. El Patrono-Estado no me permitió como profesional universitaria acceder a una vivienda propia, ni siquiera para tener un modesto carro.
Y al referirme del movimiento sindical venezolano también afirmo que ha sido pura “bulla” tanto en la IV como en la V República. ¡Y ni decir de los sindicalistas al total servicio del Patrono-Estado!, solamente buscan prebendas políticas y económicas.

En esta última fase de mi vida laboral al servicio del Estado, solamente quiero que llegue el 2010 e irme "como alma que lleva el diablo" para dedicarme en cuerpo y alma a otras actividades más gratas y menos mal agradecidas. Hay otras cosas que descubrir lejos del factor político que todo lo contamina. No tuve razones en este viernes 1 de mayo de asistir a la marcha tradicional de los trabajadores. Hoy 1 de mayo al 2009, no sé todavía si mi jefe es Antonio Ledezma o Jaqueline Faria. Y al igual que miles de trabajadores de la Alcaldía Mayor, ignoro mi destino. ¡Que sea lo que Dios quiera!. Ni me molesto en preocuparme: ¿Para qué?.