ESTOY
FASTIDIADA Y “MATO” POR UN GRAN TROZO DE PASTEL E IRME A UN SIMPLE PASEO AL CENTRO COMERCIAL SAN IGNACIO EN LA CASTELLANA (ESTE DE CARACAS)…PERO ESTAMOS EN LA VENEZUELA DEL GOBIERNO QUE TODO NOS LOS ARREBATÓ...
Añoro
mis salidas dominicales en el Metro de Caracas, cuando paseaba tranquila y con dinero que me
alcanzaba para comer lo que me diera la gana e ir al cine con combo incluído.
Añoré en este súper aburrido domingo 31 de julio y como todos los fines de semana, cuando me iba para el Centro Comercial San
Ignacio (La Castellana/ Chacao-Este de Caracas).
Ese fue siempre mi Centro Comercial favorito
de la capital. No tenía “el bululú” del gentio en El Sambil o del CC El Recreo en los cuales los
caraqueños buscaban un sitio donde sentarse (full todo) o hacían grandes colas
para ver una película en sus muchas salas de cine. Tampoco me gustaba el Centro
Comercial El Tolón, que está ubicado en Las Mercedes, además del enredo para
los que no tenemos carro, para llegar allí.
Siempre el CC San Ignacio fue un
lugar en donde siempre me sentí muy a gusto y me parece hermoso, fácil
acceso(Metro). Mucha gente bonita y sin prisa. ¡Hoy nada que ver…!.Nada de
salir para disfrutar esas cosas sencillas y darse el “peligroso lujo” de salir
de allí a las 6:00 - 7:00 pm de disfrutar una película y luego merendar y poder
escoger entre en un montón de negocios lindos de ricas tortas grandotas o pay
de manzana con un exquisito café con leche…Nada que ver (susto) de regresar a
mi casa (Parroquia El Valle) de noche o a las 6pm, en donde tenemos a toda la ciudad con CERO vigilancia policial y los delincuentes
acechando en todas partes…
Tampoco tengo la opción como
siempre lo hacía, en que me ponía a hacer una rica torta decorada bien bonita,
para disfrutarla los fines de semana en mi casa, además del quesillito en la
nevera o unas ricas manzanas cocinadas a
fuego lento en gelatina, un exquisito postre, que mi mamá me enseñó hacer a la
edad de los 12 años, así como hacer ricas tortas. En la cocina, todavía tengo
el batidor eléctrico Oster que mi mamá compró en los años 60 en el desaparecido
Bazar Caracas (Sabana Grande). Tengo en una caja mis torteras, mis paletas de
madera para mezclar, mis mangas para decorar, mis envases para hacer
ponquesitos…
Nada de azúcar, nada de mantequilla, nada de harina leudante, nada
de esencias para dar sabor, nada de Nevazucar para decorar, nada de colores
vegetales para alegrar un decorado, nada de nuestros exquisitos chocolates para
hacer una rica cubierta de una torta, que siempre fueron los mejores del mundo,
desde los tiempos de la independencia del país. !Nos robaron hasta la dulzura de la vida y los sencillos placeres de la vida
cotidiana!....